viernes, 25 de enero de 2013

EL ÁNGEL DE MONS



Aunque es una historia alejada de toda realidad, a veces apetece recordar estas viejas leyendas no para creer en ellas sino para ver en su interior el espíritu de toda una época. Ésta, la leyenda más conocida de la Primera Guerra Mundial, se fraguó entre el barro de las trincheras y el espíritu de la desesperación. Ocurrió tras la batalla de Mons (23 de Agosto de 1914) cuando las tropas británicas se retiraron en perfecto orden para evitar ser desbordadas por las fuerzas alemanas. En un principio nada extraño pasó en aquellos días hasta que un 24 de Abril de 1914 una revista especializada en temas del más allá  y espiritismo desveló que el éxito de la huida había sido posible no por actos de valentía y arrojo sino gracias a elementos sobrenaturales que protegieron a los soldados ingleses.

Esta absurda historia podía haber pasado desapercibida entre tantas leyendas increíbles que propiciaba la guerra, pero aunque parezca increíble numerosos medios escritos empezaron a creérsela y a venderla como real a sus lectores. La primera versión nos dice que cuando los ingleses estaban a punto de ser arrollados por los alemanes apareció en los cielos un ángel, vestido con una brillante túnica blanca y que cabalgaba a lomos de un caballo, igualmente blanco, portando una espada de fuego que con solo mirarla te quedabas ciego. En cambio otros periódicos ampliaban los embustes y les daban más dramatismo ya que se empezó a hablar no de un solo ángel sino de toda una legión de ellos que se interpusieron entre los contendientes para que los que se retiraran ganaran tiempo. Es por lo que unas veces oímos que esta leyenda se llama “El ángel de Mons” y otras “Los ángeles de Mons”.

Como se puede ver es difícil creer en estos relatos, nacidos del cansancio de los combatientes, el hambre, la sed, la falta de sueño y la fatiga mental. Pero ha veces estos mitos crean una especie de patriotismo de masas al intentar demostrar que el bando por el que uno lucha esta investido de derecho divino. Y es curiosamente el efecto que tuvo en el pueblo británico pues nada más conocerse este hecho por los periódicos hizo que una gran multitud de jóvenes acudieran a las mesas de reclutamiento en masa, ya que si los “ángeles” les protegían… qué miedo habían de tener a las bayonetas germanas.

De el Ángel de Mons se hicieron muchas obras artísticas, pinturas, esculturas e incluso se creó un vals en honor de la salvación de los soldados de Mons. Tanta importancia tuvo que años después de que acabara la Gran Guerra el tema todavía daba sus últimos coletazos. En 1930, el periódico inglés Daily News, recogiendo una fuente americana, hablaba de un plan secreto alemán el cual podía haber sido el creador del famoso ángel. Este plan consistía en proyectar imágenes aterradoras en nubes bajas, sirviendo éstas de pantalla, para minar la moral de los ingleses y creerse atacados por seres sobrenaturales. Este hecho podía sacar a la luz la verdadera identidad del Ángel de Mons, pero incluso años después, ya en la Segunda Guerra Mundial, en 1940, se aseguraba que el ejército británico disponía de una especia de “linterna mágica” para iluminar las nubes que había encima de los alemanes y aterrarles con imágenes del más allá.