jueves, 24 de mayo de 2012

LOS PRIMEROS SEAT



Daba gustos verlos andar por las maltrechas carreteras españolas, pues su sola presencia al pasar por el centro de un pueblo, despertando a los lugareños soñolientos a la puerta de sus casas, o por las ruidosas calles de una gran ciudad, demostraba que algo estaba cambiando en la aletargada España de posguerra. La modernidad comenzaba a llamar a la puerta y deseaba entrar. Solo hacia falta alguien que le diera paso franco (obsérvese el juego de palabras) a nuestro país. De eso se encargo el INI (Instituto Nacional de Industria) quien en 1950 creo la Sociedad Española de Automóviles de Turismo para aportar modernidad motora a la sociedad y a los tristes caminos hispanos.

El primer coche que salio de la cadena de montaje de la fábrica de la Zona Franca de Barcelona era el SEAT 1.400 un 13 de Noviembre de 1953 y fue presentado por el mismísimo director general del INI, Juan Antonio Suanzes, igualmente general de profesión. Este nuevo coche, muy del estilo americano, negro estilizado y sobrio,  se montó artesanalmente con piezas traídas desde Italia desde la fábrica de otro coloso del motor, Fiat. La máxima velocidad que podía alcanzar eran unos 120 kilómetros hora, pero los españoles no tenían miedo de marearse en él debido a la rapidez que alcanzaba pues era un automóvil extremadamente caro para los sueldos de la época, 128.675 pesetas, por lo que solamente los muy adinerados se lo podían permitir. Si la cosa hubiera seguido así poca motorización hubiera tenido España.

La gente trabajadora tuvo que esperar unos años más para sentirse dueños de algún coche más asequible. Y eso pasó con el siguiente modelo que salió de fábrica, el SEAT 600, un coche que se convertiría en un auténtico hito de la modernidad en España y un símbolo de nuestras carreteras. El Seiscientos, Seita o Pelotilla, como coloquialmente se le conocía se presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra en 1955 siendo una clara evolución del Fiat 500 (el Topolino). Tuvo que pasar dos años para que los ansiosos españoles pudieran echarle mano pues en 1957 comenzó a venderse de manera general en todo el territorio, siendo su demanda tan excesiva que superó con creces las peticiones, por lo que cada ciudadano tenía que esperar una media de cuatro años para poder conducirlo. El SEAT 600 dejó de fabricarse en 1973, teniendo ese momento el parque móvil español alrededor de 300.000 seiscientos en funcionamiento.

Luego vendrían otros modelos como el amplísimo 850 en donde podía caber toda una familia con maletas incluidas; el señorial 1500, 124 o 133; pasando luego a nombres más rimbombantes como el Fura, Ritmo o Panda, o a las capitales de provincias como el Toledo, Córdoba, León… y así hasta el día de hoy, pero aunque han sido muchos los modelos y millones de ventas hechas desde 1950 los más queridos serán aquellos dos que trajeron en su maletero un mundo más moderno y una nueva forma de vida que ya no nos abandonaría nunca.