martes, 1 de abril de 2014

EL BARRIL DE LOS SAN BERNARDOS



La estampa de este can con un barrilito de brandy al cuello es una de las imágenes más típicas de Suiza. Pero hay que puntualizar que es un falso mito el que los San Bernardos ofrezcan un trago de este licor a las personas que se han  perdido o quedado sepultadas en la nieve, y no porque científicamente darle una bebida alcohólica a alguien con síntomas de hipotermia sea una gran irresponsabilidad sino porque originalmente nunca llevaron este barrilito colgado al cuello. En un principio estos perros servían a los monjes del Hospicio del Paso de San Bernardo para transportar comida entre las montañas de Suiza e Italia debido a su fuerza física, y también  como rastreadores por si alguien se perdía. ¿Entonces por qué ahora llevan ese barrilito a cuestas? La culpa de ello la tiene el pintor inglés Edwin Henry Landseer quien en 1831 pintó un cuadro llamado “Alpine mastiffs reanimating a distress traveller” (Mastines alpinos reanimando a un viajero en apuros) En el se puede ver a una persona atrapada en la nieve, con el rostro ya amoratado por el frio siendo socorrido por un par de San Bernardos de los cuales uno lleva un barril al cuello. Este pintor era uno de los artistas preferidos de la reina Victoria I y tanto le gustó este lienzo que en poco tiempo se popularizó tanto que en la memoria colectiva quedó impresa la idea de que estos animales llevaban siempre ese barril para socorrer a los despistados viajeros.



Igualmente no hay que olvidar que fue el propio Landseer quien popularizó el término San Bernardo en detrimento del verdadero nombre de esta raza: Mastín Alpino. Originalmente eran conocidos como Sabuesos Barry debido a una confusión con la palabra alemana “barën” (oso) El más grande e ilustre de todos estos perros era El Gran Barry ya que entre 1800 y 1814 salvó a más de cuarenta personas muchas veces por iniciativa propia y sin que nadie se lo mandase. Parece ser que murió en acto de servicio ya que una vez cuando iba a salvar a un soldado perdido en una ventisca éste lo confundió con un lobo y le asestó varios navajazos. Cuando encontraron su cuerpo vieron que tenía muchas heridas pues aunque el soldado le hería de continuo Barry se acercaba todo el rato intentando salvarle. Actualmente El Gran Barry se encuentra disecado en el Museo de Historia Natural de Berna, y en recuerdo a sus hazañas el primer cachorro macho de cada camada que nace en el Hospicio del Paso de San Bernardo se llama Barry.