lunes, 8 de julio de 2013
viernes, 5 de julio de 2013
RESEÑA: FRANCO - Andrés Rueda
La verdad es que Paquito no me gustaba nada como hombre… él era un teniente corrientísimo… el único Franco importante había sido su hermano Ramón. El era Paquito, el hermano de Ramón… sobre todo era soso, frío. A mí ya le digo que no me gustaba… Testarudo sí era. Conseguía lo que se proponía, casi todo, porque a mí no me consiguió. (Sofía Subirán, gran amor de Francisco Franco)
En 2008 el historiador Paul Preston en su excelente libro El gran manipulador, nos desvelada, según aparecía subtitulado en la portada del libro, “la mentira cotidiana de Franco”. Según el ensayista ingles la vida diaria del Caudillo fue un baile de máscaras continuo en el que, acorde con los tiempos en los que vivía, no dudaba en cambiar unas por otras. Antes de la 1936 nos encontramos con un Franco que desea erigirse como el gran general renovador de las esencias castrenses del momento. Durante la lucha fraticida y en lo más duro de la posguerra vemos ahora a otra persona, es decir a un Franco con la máscara de Salvador de la Patria frente a las “hordas rojas” y el peligroso bolchevismo que ha intentado socavar las raíces esenciales de todo español. Y al final ya instalado en la poltrona del Pardo, rodeada su mesa de trabajo de folios y folios, y sabiendo que ya nadie le puede disputar el puesto, vigía bendecida por las potencias occidentales, nos encontramos ahora con el Centinela de Europa, con el guardián que no duda en tener toda la noche encendido su despacho vigilando el portaviones de España frente al peligro que hay más allá del Telón de Acero. Con el paso del tiempo y sabiendo (en su imaginación) que el país ya no le necesita adoptará el último disfraz antes de cerrar el telón, el de bonancible abuelo que tutela de manera paternal la Patria y el trabajo “inmaculado” que ha hecho al dejarlo todo atado y bien atado.
En el libro de Preston, por tanto podemos ver a un Franco camaleónico que no duda en cambiar la piel según corran los vientos políticos, pero ¿qué le lleva a transmutar tanto sus ideas? Sabemos que Franco, aquel “cuquito que va a lo suyito” como bien decía Sanjurjo, ni era de derechas ni de izquierdas (claro) sino meramente tradicionalista y ante todo de su propio partido, es decir franquista. “Yo soy yo” como dijo una vez. Entonces ¿Qué le ha llevado a adoptar tantas imágenes para la Historia? Pues su propia psicología y las escamas que le han dado sus años escalando, pacientemente cual hormiguita hasta el poder. Su secreto por tanto es la experiencia vivida y las experiencias exteriores venidas de su familia y su entorno político más cercano. Y es aquí, en este punto donde aparece el libro que tengo entre mis manos, Franco, el ascenso al poder de un dictador, escrito por Andrés Rueda y editado por la Nowtilus. El autor, gran experto en el tema, efectúa cual cirujano un estudio psicológico e histórico de la personalidad del Caudillo y como este afectó a su ascenso a una dictadura de cuarenta años, en donde pudo moldear España a su imagen y semejanza, como el soñaba que debía ser. Desde el comienzo del libro podemos ver a un Franco año 0. Una personalidad en blanco, a modo de tabula rasa que espera a que los hechos de la vida comiencen a moldearla. Y eso no tardará en ocurrir en un hogar donde vemos a una madre protectora, religiosa y muy aferrada a las costumbres frente a un padre bastante más liberal y un tanto viva la vida que le marca de manera negativa desde el principio. Claro esta elige lo más seguro y entrañable: la madre, la cual le inculca los valores esenciales de una España moderada y virtuosa. Su hermano Ramón y su padre serán el anverso tenebroso en quienes confrontara su propia ideología. La sencillez y lo elemental del ejército en las guerras de Marruecos, su intento de ascenso social junto con Carmen Polo y sus decepciones monárquicas y republicanas al serle negada varias veces sus propias aspiraciones (y eso que era uno de los ojitos derechos de Alfonso XIII) hace que al final, en el último momento se enganche al alzamiento nacional en donde a la chita callando y gracias a su familia consigue convertirse en el Caudillo soñado por él mismo.
Todas estas vivencias le marcan continuamente (recordemos que es una persona con un gran carácter vengativo que no olvida una ofensa) y le hacen ser como es. Andrés Rueda, en este ensayo, realiza una soberbia investigación histórica en la que la vida de Franco y sus logros van de la mano en los momentos más íntimos que ha vivido y que le han marcado el alma a fuego. Por un lado vemos a un Caudillo en todas sus etapas de crecimiento pero por otro tenemos a un “cerillita” atormentado, inseguro, astuto, muy oportunista y lleno de traumas que no duda en abrir su corazón y enseñarnos sus intimidades y su manera de pensar, demostrando la teoría del autor al decir que es imposible conocer a los grandes personajes de la Historia si los despojas de sus perfiles psicológicos. En este trabajo, en cambio, ambos campos están fusionados en uno solo haciendo que la lectura de este libro no solo sea grata al lector, además de didáctica, sino que también necesaria para comprender en todas sus facetas a una de las figuras más destacadas del siglo XX.
SOBRE AGUA EDIFICADA
En Madrid, en el
barrio de la Latina, y más en concreto en la Plaza de la Puerta Cerrada existe
un curioso mural pintado en la fachada, obra de Alberto Corazón, en la que
aparece una viga rodeada de lenguas de fuego apoyada sobre una gran piedra, que
reza lo siguiente:
Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego
son.
Mucha gente pasa
por esa plaza y piensa que es una pintada más, pero si nos paramos un momentos
nos daremos cuenta que se trata de un mensaje que habla sobre los orígenes de
la ciudad. Para comprenderlo hemos de dividir el mensaje en dos partes:
-“Fui sobre agua
edificada…”: hace referencia al lugar de edificación de Mayrit, nombre de la
antigua fortaleza musulmana, que tiempo después se convertiría en la gran
ciudad que es hoy. Pues bien parece ser que los árabes eligieron este lugar por
las muchas aguas subterráneas que había, ideal para subsistir en caso de
asedio, y porque cerca de allí también existía un arroyo (actual Ronda de
Segovia).
-“Mis muros de
fuego son…”: Una fortaleza esta rodeada de una muralla de piedras. Ésta en
concreto fue construida con piedras de sílex, o pedernal, que cuando recibían
el impacto de flechas, sobre todo de noche, las puntas metálicas producían
chispas que desde lejos parecen lenguas de fuego.
Esta es la
singular historia que encierra esta enigmática frase, así que cuando pasen
alguna vez por allí, seguro que se paran un momento y se acuerdan de cómo empezó
todo en la capital de España.
jueves, 4 de julio de 2013
¿QUÉ ERAN LOS PRONUNCIAMIENTOS?
Durante la llamada era isabelina la inestabilidad política en España era tan grande que entre 1833, comienzo del reinado de Isabel II, y 1868, inicio de su exilio regio, se sucedieron en total cincuenta gabinetes ministeriales con una vida media de ¡siete meses! cada uno. En este ambiente de cambios vertiginosos y elecciones caprichosas es donde nació un tipo de golpe de estado made in Spain: el Pronunciamiento. La veleidad de la reina hizo posible que los militares se inmiscuyeran en el espectro político, destacando personajes tan celebres como Narváez, O’Donnel, Espartero, Prim, Serrano, Lersundi o Armero. Incluso hay historiadores que no han dudado en llamar al reinado de Isabel II como “el régimen de los generales”.
¿En que consistía? Lo normal es que un general leyera un manifiesto a sus tropas. Es decir que se pronunciaba. Se ponía al frente de sus fieles soldados y si no encontraba dificultades (si las tenía había riesgo de caer derrotado, ajusticiado o exiliado) procedía primeramente a detener a sus enemigos y cambiar el gobierno. Lo curioso de los pronunciamientos es que aunque los generales se consideraban desde el principio como salvadores de la patria, solo servían como representantes de un partido político en concreto, fueran liberales o moderados. Los políticos, que sabían de su propia debilidad, convencían al sublevado para que pusiera su espada a su servicio y cuando éste triunfaba cediera los poderes al nuevo gobierno. Aun así la figura del general no desaparecía por completo pues aunque estaba a la sombra siempre se ocupaba de tutelar el buen funcionamiento del país.
miércoles, 3 de julio de 2013
EL ORIGEN DE LA ZARZUELA
Pero también hay que destacar que entre las paredes de este edificio nació el llamado género chico, es decir, la Zarzuela pues mientras Felipe IV y la familia real pasaban una temporada en aquel sitio, para entretenerse, gustaban de disfrutar de unas piezas teatrales pequeñas, cómicas y ligeras, acompañadas a la vez de buena música. Se cree que la primera zarzuela que sonó en aquel palacio se llamaba El Jardín de Farlerina (1649) escrita por Pedro Calderón de la Barca y con música de Juan Risco.
martes, 2 de julio de 2013
EL MANNEKEN PIS
Junto con el
Atomium y el Grand Place uno de los grandes símbolos de Bruselas es el Manneken Pis. Se trata de una simpática
estatua de bronce que muestra a un niño pequeño orinando agua (antiguamente por
motivos festivos podía ser vino, hidromiel o cerveza) sobre una pila o fuente.
Se tiene constancia de que existía a finales del siglo XIV, en 1388 según
consta en los archivos de la Catedral de Santa Gúdula, y también se sabe que a
lo largo de los siglos fue robada en varias ocasiones. Es por ello que en 1619
el artista Jerome Duquesnoy, el Viejo hiciera una nueva estatua para mayor
gloria de la ciudad. Pero la odisea de esta figura no acaba ahí pues en 1695
los ciudadanos la protegieron del bombardeo y el asedio que hicieron los
franceses a Bruselas. Desde aquel día se inscribió debajo de la estatua la
siguiente leyenda: In petra exaltavit me,
et nunc exaltavi caput meum super inimicos meos (El Señor me levantó sobre
una roca, y ahora elevo mi cabeza sobre mis enemigos). Pero lo que no consiguió
las bombas y las afiladas armas si lo lograron unos ladrones en los años 60
cuando robaron la estatua permaneciendo en paradero desconocido durante cierto
tiempo hasta que fue recuperada. Actualmente la podemos encontrar en la parte
antigua de la ciudad entre las calles de L'Etuve y Chene junto a la Grand
Place.
Alrededor del
Manneken Pis existen varias leyendas que intentan explicar el motivo de esta
estatua. Les pongo las más famosas:
a) Un día una
potencia extranjera puso sitio a la ciudad y como no conseguía derribar las
murallas pensaron en poner una gran bomba para derribarlas. Un niño llamado
Juliaanske que había visto encender la mecha subió corriendo a la muralla y
orinando la apagó salvando de este modo la ciudad.
b) Durante la
Batalla de Ransbeke Godofredo de Lorena colgó la cuna de su hijo entre las
ramas de un roble hasta que terminara el conflicto. En medio de la batalla el
niño se salió de la cuna y los soldados se lo encontraron mientra orinaba
encima de los yelmos de los guerreros.
c) Esta es más
fantástica pues cuenta que una vez el hijo de un noble de Bruselas abandonó una
procesión pues tenía muchas ganas de orinar. Sin saberlo, lo hizo en la esquina
de la casa de una bruja que como castigo lo convirtió en una estatua, la misma
que hoy podemos ver.
d) Un rico
comerciante perdió un día a su hijo y prometió una suculenta recompensa a quien
lo encontrara. Horas y horas pasaron hasta que fue el mismo comerciante quien
lo encontró orinando en un jardín mientras no paraba de reír. Como no se podía
dar la recompensa a sí mismo pensó en costear una pequeña estatua con la imagen
de su hijo en agradecimiento a los esfuerzos realizados por los ciudadanos de
Bruselas.
Una de las cosas
más curiosas referidas al Manneken Pis es el celebre museo de trajes situado en
la Musee de la Ville. El origen de estos disfraces hay que buscarlo en 1698
cuando un gobernador le regaló a la estatua el primer traje. Desde entonces
este gracioso personaje ha acumulado un total de 800 vestidos muchos de ellos
regalados por los presidentes de estado que visitan la ciudad de Bruselas,
muchos de los cuales se ponen al Manneken en ocasionales especiales para
regocijo de los visitantes. Es tanta la fama que ha adquirido esta estatua que
existen copias de ella en muchas ciudades del país existiendo incluso una
versión femenina, la Jeanneken Pis,
cercana a la Grand Place inaugurada en 1990.
lunes, 1 de julio de 2013
¿QUIÉNES ERAN LOS SOPISTAS?
A lo largo de la Edad Media en las universidades españolas aparecieron un grupo de estudiantes conocidos como sopistas que ofrecían su música y bailes en las fiestas a cambio de algunas monedas o un plato de comida conocida como la “sopa boba”. Es por ello que estos estudiantes llevaran siempre a mano una cuchara y un tenedor de madera, símbolo que actualmente han conservado los tunos. Al igual que éstos por las noches también gustaban de rondar las mujeres de las damas con la misión de enamorarlas o simplemente por diversión.
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