martes, 6 de diciembre de 2011

JOSÉ Y POCAHONTAS



Aquí en España la figura de José Bonaparte es conocida sobre todo por su efímero reinado durante la Guerra de la Independencia pasando a la lista de reyes españoles con el sobrenombre de José I. Pero su vida anterior (hermano de Napoleón y Rey de Nápoles entre 1806 y 1808) y sobre todo la posterior es bastante desconocida entre la gente. Como si al hacer las maletas e irse de la Península, el mayor de los Bonaparte hubiera desaparecido de la faz de la Tierra.

Pero no es así. Al irse de España en 1813 pasó a su tierra natal estableciéndose en el Castillo de Survilliers con el titulo de Lugarteniente General del Imperio. Durante la Restauración se rebajó dicho título y pasó a ser  solamente Conde de Survilliers, y tras la caída imperial emigró a Estados Unidos  solamente con su carta de nobleza. Allí se hizo inmensamente rico, debido a que puso a la venta numerosas joyas de la corona española, tuvo suerte al invertir en la bolsa de Nueva York, y fue lo suficientemente inteligente para hacerse con las acciones de la línea de ferrocarriles que unían Nueva York con Filadelfia.

Gracias a estas ganancias pudo comprarse una gran residencia junto al río Delaware, Point-Breeze, y llenarla hasta arriba de lujos y comodidades rodeándola a la vez de un enorme estanque artificial. Pero aunque vivía lejos de su mujer, Julia Clary, y de sus hijas Zenaida y Carlota (que no hay que olvidar que hasta que su padre abandonó España tenían los títulos de infantas) supo escapar de su soledad a base de amantes, como por ejemplo la esposa de un periodista americano Emily Hénart; y sobre todo con Annette Sauvage, que era descendiente de la india Pocahontas, hija del jefe indio Powhatan, con la que tuvo dos hijas. Tiempo después para guardar las apariencias la casó con su ayudante Charles Delafollie.