viernes, 20 de abril de 2012

EL ABANDERADO PORTUGUÉS



Almeida de Sayago, es una localidad cercana a Zamora, en la que se puede observar una curiosa tradición llamada El Baile de la Bandera. Es una danza de carácter militar y religioso que, es posible, tenga sus orígenes en una heroica acción llevada a cabo en la Batalla de Toro (1476), por un soldado portugués que militaba en el bando de Juana la Beltraneja y su esposo Alfonso V de Portugal.

En aquella contienda tan reñida, en la que no solo se enfrentaba la hija de Enrique IV, Juana, contra su hermanastra Isabel, y su esposo Fernando de Aragón, hubo muchos momentos de tensión, sangre y emoción, junto a un buen numero de actos nobles en ambos bandos. Uno de ellos es el que tuvo como protagonista a un joven soldado portugués que mantenía fielmente la enseña de su rey en alto, moviéndola en todo momento para dar ánimo a sus compañeros de armas. En aquel tiempo era bien sabido que gran parte de la victoria consistía en arrebatar la enseña al enemigo, por lo que nuestro protagonista  conocer de ello apretaba con fuerza y saña el asta que se le había concedido debido a su valor. La tradición cuenta que fue herido en la mano y por eso tuvo que cogerla con la otra, pero otro mandoble enemigo le inutilizó el único brazo sano, así que con gran dolor hincó el asta en el suelo defendiéndola con su cuerpo hasta que cayó muerto debido a las graves heridas. En cambio otros opinan que aquel abanderado sufrió penas más grandes ya que un cañonazo le amputó de cuajo brazos y piernas por lo que tuvo que echarse encima de la bandera para que cubierta ésta por su cuerpo el enemigo no la pudiera coger. Claro está, murió sin remedio pero con el deber cumplido de buen soldado fiel a su rey y señor.

Es por ello que en la localidad de Almeida de Sayago durante el Baile de la Bandera la persona que la interpreta en un momento dado del baile corra hacia el santo patrón y con gran agilidad y fuerza clave el asta de la bandera delante de todos, como hizo aquel guerrero que con tanta devoción defendió lo que más le importaba en este mundo.