El té es una de las tradiciones fundamentales de la cultura británica que más ha influido tanto en el ritmo de vida como en la educación de los jóvenes ingleses. Es por ello que durante la época victoriana y eduardiana, las mismas niñeras eran las encargadas de enseñar las rígidas normas de tomar el té de la tarde a sus pupilos. Ésta les supervisaba y les corregía los posibles fallos que tuvieran al escanciar evitando de esta manera futuros equívocos. Estas clases de té recibían el nombre de Nursery teas y fueron vitales para que los encorsetados cánones británicos no se perdieran en mucho tiempo.
Como curiosidad indicarles que entre las sirvientas inglesas ya a finales del siglo XVIII también existía otra tradición, la de exigir junto con su contrato laboral su ración de té diario.