sábado, 3 de agosto de 2013

EL TORO DE FALARIS



¿Sabías que el Toro de Falaris era un instrumento de tortura? Su invento se le atribuye al mismo Falaris, tirano de Agrakas (Sicilia) a quien también se le acusa de un montón de barbaridades, como por ejemplo que comía bebes recién nacidos para mantenerse joven y que era un estudioso de cualquier forma de tortura. Se trata de una estatua de bronce con forma de toro que tiene su interior hueco y que permite el acceso al interior a los condenados, entre uno y cinco, por una portezuela abierta en el costado del animal. Cuando se cerraba se aplicaba una hoguera por debajo del vientre de la estatua y los que estaban en su interior se cocían vivos. Para hacerlo todavía más interesante la estatua del toro tenía un par de tubos alojados en su morro haciendo que los del exterior pudieran oír los gritos de los que se estaban asando pareciendo que el mismo animal estaba mugiendo. Cuenta la leyenda que el primer condenado a esta tortura fue su mismo diseñador, Perilo, el cual al presentarlo al tirano fue introducido por la fuerza por sus propios subordinados.

Pero aunque pueda parecer una cuento este instrumento esta documentado históricamente. Se sabe por ejemplo que los cartaginenses al tomar Agrigento se llevaron esta estatua a su ciudad y que años después el mismo Publio Cornelio Escisión, al tomar Cartago se la devolvió a la ciudad de Agrigento. En Roma fue utilizado para atormentar a los cristianos y en la Edad Media la Inquisición tampoco se quiso privar de esta máquina de tormento. Uno de los que lo probó en sus propias carnes fue San Eustaquio a quien se le dio esta muerte en el 118 d. C junto a su esposa e hijos.