viernes, 6 de junio de 2014

AQUEL OTRO DESEMBARCO



Precisamente hoy se conmemora el 70 aniversario del mítico y espectacular Desembarco de Normandía que permitió a las fuerzas aliadas penetrar cual lanza entre los muros de la Fortaleza Europea acelerando de este modo la caída de los ejércitos alemanes a la vez que del temido régimen nazi. Es bueno recordarlo pero no hay que olvidar tampoco que este hecho no es tan novedoso como nos lo pinta la historia angloamericana, pues casi veinte años se produjo igualmente otro acto bélico  el cual está calificado como el primer desembarco aeronaval de la historia mundial. Se trata del olvidado Desembarco de Alhucemas y en el intervinieron de manera sincronizada fuerzas terrestres, navales y aéreas al mismo tiempo.

Este desembarco se produjo el 8 de Septiembre de 1925 en el Norte de África y tenía como misión acabar con la Guerra del Rif que tantos años llevaba produciéndose y que tantos muertos había ocasionado. Para llevarlo a cabo se necesitó la colaboración, sobre todo, del ejército y la armada española y un pequeño contingente aliado francés. En total se trasladaron en barco y posteriormente en barcazas a tierra un total de 13.000 soldados españoles provenientes de Ceuta y Melilla. Este gran contingente estaba al mando del entonces Director Militar, el comandante Miguel Primo de Rivera, y debajo de él como jefe de las fuerzas de desembarco en la Bahía de Alhucemas al general José Sanjurjo. Como curiosidad decirles que en el mismo hecho también se encontraba el joven coronel Francisco Franco (que tanto daría que hablar años después) al mando de la Legión. De resultas de ello fue ascendido a general de brigada. Y para que se vea la importancia de esta jornada, además se utilizaron conjuntamente con las tropas  11 tanques FT-17 y 6 tanques CA1; en el mar 3 acorazados, 6 cruceros, 1 portahidroaviones, 36 navíos menores y 58 transportes; y finalmente desde el cielo un total de 160 aviones que arroparon a los soldados en lo que fue el principio del fin de las fuerzas rebeldes de Abd el-Krim y que acabó con la total pacificación de aquella zona del Protectorado.

Unos cuantos años después el general en jefe de las fuerzas aliadas, Dwight Eisenhower, para que el Desembarco de Normandía fuera un éxito total no dudó en estudiar profundamente aquel otro desembarco que tan bien fue coordinado y que tanto éxito tuvo en su momento, pero que tristemente fue olvidado por la historia.