El dios de los escribas me ha concedido el
don de conocer su arte. He sido iniciado en los secretos de la escritura. Puedo
incluso leer las intrincadas tablillas en shumerio; comprendo las enigmáticas
palabras talladas en la piedra de los días anteriores al Diluvio. (Frase
del gran rey Asurbanipal, último gran rey de Asiria)
Al igual que la
flor emerge del limo inmemorial, el nacimiento de la civilización humana
también surgió del barro y del agua. Entre dos ríos de nombre inmortal, El
Tigres y El Éufrates, hace ya muchos milenios comenzaron aparecer una serie de
asentamientos que la arena del tiempo consiguió enterrar. Los habitantes de
esta civilización antigua y misteriosa, crearon muchas cosas que hoy todavía
utilizamos y que sin ellas no seriamos nada, como por ejemplo las matemáticas,
arquitectura, escritura, o los productos farmacéuticos. A pesar de su
importancia, desaparecieron de la faz de la tierra y hasta mediados del siglo
XIX no volvieron a ver la luz del sol cuando unos arqueólogos en Mesopotamia
lograron descifrar una serie de tablillas en las que ponía lo siguiente: “Reyes
de Sumer y Acad”. De éstos últimos se tenía alguna noticia, pero ¿y de los
primeros, los sumerios? ¿Quiénes eran? (Continua)
La escritora Ana
Martos, con su libro Breve Historia de los
Sumerios, editado por Nowtilus, nos resuelve esta cuestión, trayéndonos una
de las mayores gestas que ha conocido la historia. Con un estilo propio,
cautivador a la vez que riguroso con el tema histórico, se atreve a
descubrirnos quienes fueron los sumerios, de dónde venían y cuales fueron sus
logros y sueños a lo largo de miles de años. Esta historia, que hunde sus raíces
en el amanecer de los tiempos, rodeada de un halo de dioses benefactores como
Enlil, Anu o Enki, comienza allá por el 5000 a. C cuando los pobladores
Ubaidianos, al retirarse las aguas se asientan en la llanura y construyen las
primeras casas y comunidades. Nace Sumer. Este periodo llega hasta el 3750 a.
C, y aquí ya los sumerios primigenios enseñan sus grandes dotes al desarrollar
la agricultura y construir los primeros templos en honor a sus divinidades. A
continuación la ciudad de Uruk domina estos pueblos y es aquí donde comienzan a
aparecer las míticas ciudades estados, aunque siempre adobadas con las
tiranteces propias que existen entre templos y palacios. El sol no para de
cabalgar por el cielo y ya hacia el 2334, se impone el imperio acadio. Estos
semitas del norte, dirigidos por Sargón, derrotan tanto a sumerios como pueblos
circundantes, y se alzan con el titulo de primer imperio mesopotámico. Todo
estas luchas refuerzan el reino de los dos ríos y en el 2112 asistimos a la III
dinastía de Ur (recuerde el atento lector que de esta ciudad provino Abraham),
en donde sus reyes unifican todas las tierras del mundo sumerio. Pero cuando el
sueño de un imperio fortalecido parecía posible, la crisis se enseñorea del
Tigres y el Éufrates y entre el 2000 y
1750 se produce el fin de Sumer. Este tiempo será conocido como el
periodo de Isin-Larsa, en donde las ciudades luchan entre sí. Esto será
aprovechado por los amorreos que acabaran definitivamente con el país de Sumer.
Una tumba de silencio y arena se despliega sobre su historia. Harán falta
siglos y siglos de olvido para que se vuelvan a oírse sus voces.
Toda esta
leyenda e historia puede parecer un relato más de un pueblo que desaparece,
pero la escritora Ana Martos nos recuerda la gran importancia que tuvieron los
sumerios y el impresionante legado que nos dejaron. Existe una obra artística
de la época llamada el Estandarte de Ur,
en el que se narra una batalla, en la parte superior, y la celebración de la
victoria en la parte baja. Esta pieza muestra algunos de los grandes logros que
los sumerios aportaron a la humanidad: La rueda, las ciudades y sus monumentos
de barro y ladrillo cocido, como por ejemplo el Zigurat, el arte de la guerra, la
creación de medicinas y de pociones químicas, las leyes y la escritura, el
torno de alfarero, velas para navegar, canales y diques y finalmente el sistema
sexagesimal con el que aprendieron a calcular no solo la producción agrícola
sino también a tener en cuenta el computo del tiempo. ¡Impresionante! En verdad
que les tenemos que agradecer a los sumerios la gran variedad de inventos y
logros técnicos que nos facilitan hoy en día la vida cotidiana.
En torno a los
sumerios todavía los historiadores siguen discutiendo su origen y poco a poco
consiguen arrancar un rayo de verdad al misterio que envuelve a los habitantes
del gran reino de barro. Breve Historia
de los Sumerios, es un libro clave para comprender su mundo, sus increíbles
avances y conocer a la vez la gran epopeya de un pueblo al que podemos
considerar como el padre de todos ellos.