jueves, 20 de noviembre de 2014

LA LEYENDA DEL FOSO DE LAS MORERAS



Cerca de la Basílica de Santa María del Mar, en Barcelona, existe una plaza con un nombre muy bonito El Foso de las Moreras (Al Fossar de les Moreres). Y si uno se da una vuelta por este sitio encontrara una placa que reza los siguiente: “Al Fossar de les Moreres no s´hi enterra cap traidor (En el foso de las Moreras no se entierra a ningún traidor). Que extraño ¿no? ¿A qué o quien se referirá? Para conocer la respuesta hemos de viajar unos siglos atrás, precisamente a la mismísima Guerra de Sucesión Española, cuando las tropas borbónicas, al mando de Felipe V, asediaron la ciudad de Barcelona en Septiembre de 1711. Parecer ser que un enterrador llamado Jordi fue el encargado de dar sepultura en el Fossar de les Moreres a los fallecidos en la contienda. Un día, mientras se ocupaba de tan triste labor, se encontró entre los muertos a su propio hijo, que en contra de la opinión de su padre había luchado en el bando contrario. Éste, al ver el rostro de su primogénito, se le saltaron las lágrimas, pero en vez de enterrarlo con mimo y ternura, arrojó el cuerpo a las afueras del improvisado cementerio y con rabia dijo que en ese lugar no había sitio para traidores. Muchos años después el poeta Frederic Soler (1839 – 1895) narró este episodio con un poema que comienza con los versos: “Al Fossar de les Moreres no s´hi enterra cap traidor”.