Seguramente las
personas que lean esta entrada, y que tengan cierta edad, se habrán percatado
enseguida de que el símbolo que aparece ya lo conocieron durante la época
franquista. Estaba en cualquier sitio pintado: casas, estandartes, escudos… Al
igual que el águila imperial, el franquismo se había apropiado de otro símbolo
que no tenía nada que ver con su filosofía política. Estos raptos de identidad,
desgraciadamente, han llevado a muchas confusiones y malinterpretaciones entre
la ciudadanía, asociando estos símbolos a épocas de dura dictadura. Pues lo
mismo le pasó al llamado VITOR que
aunque parece un invento de Franco, es bastante más antiguo de lo que algunos
se creen.
Su origen hay
que buscarlo muchos siglos atrás, en el Bajo Imperio Romano. Se trata de un
crismón que impuso Constantino tras la batalla del Puente Milvio, en la cual,
según la leyenda, se vio una cruz en el cielo en la que ponía: In hoc signo vinces (Con este signo
vencerás). Nada más terminar la batalla impuso este crismón como nuevo símbolo
de las armas del ejército romano, conociéndose desde entonces como Victor, Victorioso o Escudo de la Victoria.
En España este
símbolo apareció en las Universidades españolas de Alcalá de Henares, Sevilla,
Indias y sobre todo en Salamanca. Los estudiantes que conseguían el título de
Doctor pintaban este anagrama (V.I.C.T.O.R) de color rojo a base de pigmentos
vegetales y animales, como por ejemplo la sangre de toro, en las paredes de los
edificios universitarios, junto con el nombre del que lo había conseguido.
Mucho tiempo después, en 1857 la Ley Moyano prohibió que las universidades
españolas tuvieran derecho, excepto la Central de Madrid, a conceder el diploma
de doctor, por lo que el número de vítores descendió. Aun así, esta costumbre volvió
a la vida cuando en 1954 se recuperó la anterior tradición de concesión de
títulos universitarios. Tras la Guerra Civil, el bando ganador, es decir el
franquista, buscó algún símbolo con el que exaltar el carácter victorioso de
sus tropas y lo halló en el Vitor romano. Incluso hay quien ve en el vitor
franquista elementos masones ocultos.