miércoles, 18 de febrero de 2015

ISABEL II ENGANCHADA A UN CULEBRÓN



De la misma manera que hoy en día existen series de televisión también en el siglo XIX había series o culebrones que enganchaba a los lectores a comprar un periódico a diario para poder seguir las vicisitudes de sus protagonistas. En aquellos tiempos el escritor más famoso de este tipo de género literario se llamaba Antonio Flores (1818 – 1865) y era el culpable de tener a medio país pendiente de una novela por entregas que se publicaba en el diario La Nación. Pero no solo la gente del vulgo gustaba de ese culebrón ya que la mismísima reina Isabel II era una verdadera devota de los escritos de Antonio Flores. Y como pensaba que dada su alta condición podía conseguir todo lo que deseara, solicitó al escritor que le mandara un manuscrito con el desenlace final de la serie. Y para sorpresa suya, Antonio Flores no solo se negó  sino que tuvo el valor de decirle lo siguiente: “Majestad, lamento no poder complaceros, pero ni siquiera yo tengo idea de cómo voy a salir del enredo que he tramado. Eso sí, en cuanto lo averigüe os lo comunicaré de inmediato”.