viernes, 6 de marzo de 2015

QUEDARSE A LA LUNA DE VALENCIA



Sobre el origen de esta expresión, que viene a significar que alguien se queda frustrado al no conseguir su objetivo, existen distintas hipótesis. Vayamos por partes. La primera, que es la que más adeptos tiene, nos remonta a la Valencia medieval y a la forma que tenían sus murallas. Estaban construidas de forma semicircular, y parece ser que los guardianes tenían órdenes de cerrar sus puertas a las diez de la noche. Por lo que si alguien llegaba un poco más tarde de esa hora se encontraba con el recinto cerrado quedándose chasqueado, y a oscuras, frente a una muralla que le recordaba la forma de la luna. Otros en cambio opinan que su origen es posterior, de la época en que se produjo la expulsión de los moriscos, es decir, en el siglo XVI. Cuentan las crónicas que fueron muchos los que llegaron frente a sus murallas, y según parece ante tal avalancha de gente no había suficientes barcos para todos. Algunos capitanes les prometieron que cuando descargaran a sus compañeros en otras costas volverían a por ellos. Cosa que no sucedió, quedando de esta manera muchos de ellos día y noche, al raso, esperando a los barcos que nunca regresaron. Y finalmente hay quien sostiene que “quedarse a la luna de Valencia” es equivalente a la expresión “dejar a la luna”, que los ladrones utilizan cuando hablan de alguien a quien han desplumado.