viernes, 15 de mayo de 2015

CUANDO JACKIE COGIÓ SU FUSIL



Durante la Primera Guerra Mundial era muy común encontrar en el interior de las trincheras no solo a los soldados sino también a sus mascotas, como por ejemplo perros y gatos, que a lo largo de la contienda demostraron su valor junto a sus dueños. Pero llama la atención que uno de aquellos animales que sobrevivieron a aquella locura de barro y sangre fuera un babuino llegado de uno de los lugares más alejados del Planeta: Sudáfrica. Allí, al comienzo de la guerra, un granjero llamado Albert Marr se alistó en la 1ª Brigada de Infantería de Sudáfrica junto a su babuino Jackie. Ambos fueron trasladados a Egipto, y muy pronto éste se convirtió en la mascota del regimiento. Y claro, aquello conllevaba una serie de responsabilidades pues muy pronto Jackie aprendió a desfilar, saludar a sus superiores e incluso se le acabó proporcionando su propio uniforme con el que entrar en combate. Hecho que ocurrió muy pronto pues en 1916 Albert y Jackie recibieron su bautismo de fuego en el Norte de África. Albert fue herido de un balazo en un hombro y cuando los camilleros se acercaron a su posición encontraron a Jackie que lo estaba acunando mientras le lamia la herida para que se curara.

Después de aquello el regimiento fue trasladado al corazón de la guerra, Europa, y allí lucharon en distintas batallas, pero en 1918, durante un fuerte bombardeo a las posiciones del regimiento, estuvo a punto de terminarse las aventuras de Albert y Jackie. Parece ser que los soldados sudafricanos no tenían un lugar donde refugiarse por lo que el babuino, de manera muy inteligente, había empezado a construirse un parapeto con piedras para protegerse. Pero una bomba cayó cerca de ellos y la metralla los hirió de gravedad. Cuando los camilleros se acercaron a recoger a los que creían muertos se llevaron una gran sorpresa al ver que Jackie, con una pata desgarrada, seguía apilando piedras de manera automática para proteger a  su amo inconsciente. Esta heroicidad no solo le valió ser ascendido a cabo sino que también le fue concedida la medalla al valor. Aunque por desgracia aquellos honores no le valieron para recuperar la pata que le tuvieron que amputar.

Ambos fueron llevados a Inglaterra y mientras duraba la guerra se dedicaron a viajar por el país recaudando fondos para los soldados heridos que regresaban del frente. De esta manera aprovechaban la gran popularidad que había alcanzado Jackie. Cuando se acabó la contienda Albert y su babuino regresaron a su granja en Sudáfrica  y ambos disfrutaron de su condición de héroes hasta el 22 de Mayo de 1921 cuando el pobre Jackie murió.