miércoles, 10 de febrero de 2016

¡QUÉ MAREO DE CENA!



¿Sabías que el primer restaurante giratorio de la Historia se construyó en la antigua Roma? Un buen día el emperador Nerón (37 – 68 d. C) pensó que sería divertido celebrar sus opíparos banquetes en un recinto que diera vueltas sobre sí mismo dentro de su famosa Domus Aurea. Así puse mandó llamar a los arquitectos Celer y Severus quienes tras oír las ordenes de su señor no dudaron en ponerse manos a la obra. ¡Más le valía hacerlo! La futura sala medía unos 16 metros de diámetro y se apoyaba en su centro  sobre una columna de cuatro metros de diámetro, a la vez que otros cuatro mecanismos esféricos, movidos por un sistema hidráulico, permitían que girara poco a poco. Para que todo fuera del gusto del excéntrico emperador esta sala o coenatio rotunda estaba decorada con todo el boato que hubiera. Según Suetonio: “En los comedores existen techos revestidos de placas de marfil móviles por las cuales se pueden tirar flores y regar perfumes. El comedor principal era una rotonda que giraba día y noche como el espacio exterior”. Desde luego debía ser espectacular, a la par que mareante.