sábado, 2 de diciembre de 2017

EL HUEVO DE COLÓN



No sé si se acordarán  ustedes de un concurso televisivo que existía hace ya algunos años llamado Un, Dos, Tres. Para las nuevas generaciones tal vez sean solo imágenes de archivo que de vez en cuando echan en televisión, pero para los que ya tenemos algunos años, y pintamos alguna cana, recordamos aquel programa de forma muy grata. Duraba hasta bien entrada la noche (sobre todo era larga una sección llamada La Subasta), y no se me olvidará una prueba en el que los concursantes se estrellaban un huevo en la cabeza mientras decían: “¡la Tierra es redonda y se demuestra así!” Esto, que pude parecer un divertimento tonto, tiene curiosamente reminiscencias con respecto a una historia que se ha conocido como El Huevo de Colón. Según la RAE esta expresión viene a decirnos que a veces hay cosas que parecen difíciles de hacer pero que después de explicarlas resultan de lo más sencillas. Para conocer de dónde viene hemos de remontarnos a los mismos orígenes de la Conquista de América, en pleno Renacimiento Europeo, en el que el escritor Girolamo Benzoni, en su obra Historia de Nuevo Mundo (1565), nos dice que un día Cristóbal Colón, mientras  estaba comiendo con unos nobles le dijeron que cualquiera podría haber descubierto América. Colón, ante tal afirmación, llamó a un camarero y le pidió que trajera un huevo para cada persona que hubiera en la mesa. Acto seguido los repartió entre los asistentes y les retó a que lo pusieran de pie sobre la mesa, y obviamente nadie lo consiguió. Colón, tranquilamente, cogió su huevo y con toda naturalidad  lo cascó un poquito por debajo dejándolo de pie ante el asombro de todos. Fue entonces cuando dijo aquella famosa frase: “Hecha y vista la hazaña, cualquiera sabe cómo hacerla”.

Como se pude ver la frase que utiliza el navegante es de esas que pasan a la Historia. Pero para desgracia de Colón, ésta también se le ha atribuido a otra persona, nada más ni nada menos que al arquitecto florentino Filippo Brunelleschi. El biógrafo de grandes artistas, Giorgio Vasari, nos cuenta que cuando el arquitecto estaba diseñando la cúpula que coronaría la catedral de Florencia, hubo arquitectos que aseguraron que iba a ser muy pesada y que se derrumbaría. Brunelleschi los mandó llamar y, al igual que Colón, les retó a que pusieran de pie un huevo sobre una mesa de mármol, e hizo lo mismo que el descubridor de América. Pero en esta versión los otros arquitectos protestaron diciendo que si hubieran hecho lo mismo también habrían sostenido el huevo. A lo que Brunelleschi les respondió diciendo que ellos, igualmente, también podrían haber construido la cúpula si hubieran mirado antes sus planos.