lunes, 26 de septiembre de 2011

RADIO SEVILLA



Por: José Amtonio

En los inicios del pronunciamiento contra la República de los generales encabezados por Mola, Franco y Queipo de Llano, Sevilla fue una de las ciudades que primero fue ocupada por los rebeldes. De ella se hizo cargo el general Gonzalo Queipo de Llano iniciando desde allí las operaciones para la conquista de territorios hacia el oeste y enlazar por Extremadura con las tropas del Norte.
De Sevilla hizo Queipo su particular virreinato. Y desde Sevilla inició una de las novedades más curiosas e importantes de la contienda: utilizar la radio como medio de propaganda para la zona sublevada, pero también para la otra zona. Con su voz aguardentosa, todas las noches comenzaba con un par de carrasperas para aclarar las cuerdas vocales y, a partir de ahí, iniciar una serie de elocuciones que iban desde la mera información, desde la mera propaganda hasta los comentarios más bestias que un dirigente haya podido decir desde un medio de información. Estas transmisiones luego eran publicadas por el ABC de Sevilla al día siguiente.

Frases como  las que siguen eran muy habituales en dichos programas:

Nuestros valientes Legionarios y Regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombre de verdad. Y, a la vez, a sus mujeres. Esto es totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen.
Mañana vamos a tomar Peñaflor. Vayan las mujeres de los "rojos" preparando sus mantones de luto.
Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad.


En otras ocasiones, y sabiendo que en la zona republicana se pasaba hambre, dictaba minuciosamente el menú de los restaurantes sevillanos. Eran comentarios desafortunados que subían de tono a medida que su interlocutor se iba calentando. Por eso en 1938 el mando decidió suspender dichos programas porque daban mala imagen a la Nueva España que los rebeldes predicaban.
Radio Sevilla, además de servicio propagandístico fue el nexo de unión con la zona rebelde de aquellos que ideológicamente querían su triunfo y que se encontraban escondidos en la zona republicana. Todas las noches, estas personas escuchaban a Queipo de Llano con fruición esperando la entrada de las tropas para liberarlas. Incluso hubo una cafetería en Barcelona en la que se reunían a conspirar los miembros de la Quinta Columna a la que se llamó Radio Sevilla.