miércoles, 11 de abril de 2012

BREVE HISTORIA DEL ESPIONAJE, de Juan Carlos Herrera Hermosilla



Un gobernante brillante o un general sabio que pueda utilizar a los más inteligentes para el espionaje, puede estar seguro de la victoria. (Sun Tzu)

El ser humano es sin ninguna duda el animal más curioso de la faz de la tierra. Le gusta el ámbito privado para sus asuntos propios, y aunque parezca increíble le sumerge en un mar de regocijo y morbosidad saber qué es lo que piensan nuestros vecinos, cuales son sus interioridades más secretas y cuales sus actos diarios. En cada uno de nosotros hay una pequeña portera de edificio, con una ansiedad de cotillear más fuerte que la racionalidad de nuestro cerebro. Ya lo decía Marco Aurelio que quien vivía pendiente del prójimo no tenía casa ni vida propia, y no se equivocaba lo más mínimo. Pero si esta situación diaria, a escala domestica, es un simple hábito animal, imagínense el ansia y los resortes que hay que mover para querer aprovecharse de los secretos más escondidos de otro país para beneficio propio. Ya no nos encontramos en un perímetro personal, diario, sino que el sentido de la curiosidad se eleva a escala nacional e internacional, la cual ha de ser controlada por los gobiernos y encauzada a través de una serie de personas audaces que alguna vez han decidido abandonar su propia seguridad e integridad en defensa de su país. Estas gentes, audaces y en muchos casos deseosas de gloria, son los agentes secretos gubernamentales o espías que se mueven en un auténtico juego de riesgo, honor y traición siempre rodeados de un halo de misterio y encubrimiento, siendo Juan Carlos Herrera Hermosilla el que ha querido inmortalizar en este mundo fascinante (como delirante fueron los bailes exóticos de Mata Hari) en su último ensayo titulado Breve Historia del Espionaje, editado por la editorial Nowtilus.


El lector ha de saber que este libro se mueve en dos niveles complementarios. Me explico: Juan Carlos Herrera nos habla de la historia del espionaje desde el principio de los tiempo (sí, hubo incluso espías hasta en el mismo interior de las cuevas pretéritas) hasta la sofisticación más modernista y tecnológica de las actuales agencias de investigación y espionaje de los gobiernos más poderosos de nuestro mundo, a saber CIA, CNI, ECHELON, MI6…sin olvidar el increíble y mítico despliegue de genialidad y riesgo internacional que hubo tras el Telón de Acero entre Estados Unidos y la URSS de la mano del enigmático y efectivo KGB y los escurridizos servicios de inteligencia americanos. Pero explicar solamente, de manera cronológica, como ha sido el espionaje a lo largo de los siglos, haría que esta narración quedara coja pues junto a las grandes agencias y sus modos de trabajar hay que añadirle los nombres inmortales de muchos espías que han dejado su sello inmortal en el devenir del tiempo, como Mata Hari, Ali Bey, Wilhelm Stieber, Garbo… y así hasta llegar a completar un elenco de maravillosos agentes que dejaron boquiabierto no solo al público más bajo con sus hazañas en los periódicos sino a sus propios gobiernos que los contrataban por su buenos trabajos de la misma manera que a los estados y personas que se habían dejado engatusar por la manera más hábil de nadar en el secreto. El espionaje y los espías, sus métodos y sus proezas particulares, los resultados y los enigmas que les rodearon. He ahí la verdadera esencia que ha de tener un ensayo de este tipo, y que gracias a Dios, hemos podido contar con el autor de esta obra para fusionar estas dos ramas inseparables y plasmar de manera brillante cuales fueron las bambalinas de la política internacional y quienes fueron las que las movieron en la sombra.

Breve historia del Espionaje es un libro que fascinará al lector de principio a fin, pues aunque la finalidad de este oscuro oficio siempre ha sido el mismo se dará cuenta que la manera de realizarlo ha variado desde la más simple y original hasta la más sofisticada y tecnológica. Desde la básica escítala espartana, pasando por los ocultos mensajes en partes insospechadas, hasta los potentes ordenadores y dispositivos móviles actuales, aquellas personas y gobiernos que querían saber qué había más allá de la colina, como muy bien dijo Wellington, han sabido dejarnos un relato increíble a través del barro de las trincheras y el champagne de las fiestas privadas en las que sacar un buen secreto fue la mayor hazaña de todas.