jueves, 20 de diciembre de 2012

PESETEROS

Al comienzo de la Primera Guerra Carlista se hizo evidente que existían pocas fuerzas isabelinas cercanas a los territorios carlistas, por lo que inmediatamente se crearon tropas francas sobre todo en las zonas fronterizas del País Vasco y Navarra. Estos soldados eran básicamente ciudadanos, y al ser una tropa irregular, sin un código interno de conducta muy claro, cometían muchos desmanes entre la población a base de saqueos y abusos, por lo que en cuanto eran atrapados por el ejército carlista eran pasados por las armas, no habiendo cuartel para ellos. Esta situación cambió rápidamente cuando el afamado general isabelino, Baldomero Espartero los incorporó a la disciplina del ejército imponiéndoles una férrea disciplina.

Estos soldados tuvieron varias denominaciones como la ya mencionada de compañía franca, compañía de seguridad, tiradores, cazadores, compañías sueltas o chapelgorris debido al chacó rojo que llevaban (txapel gorri en euskera). Pero fueron más conocidos por el apodo despectivo que les pusieron sus enemigos: Peseteros. Esto se debía a que esta tropa tenía como paga diaria una peseta frente al real diario de los soldados de Zumalacárregui. Incluso por extensión, pasado el tiempo, fue el mote que los carlistas dieron a todos los soldados isabelinos. La cantidad de esta paga era variable según las zonas de la geografía española dándose casos en que se llegaron a pagar hasta dos pesetas diarias.