viernes, 5 de abril de 2013

ENTRE DOS FUEGOS

Después de la batalla de Algeciras (1801) entre las flotas inglesa y francesa, la cual quedó en tablas, la primera se refugió en Gibraltar mientras que la segunda que todavía estaba en alta mar pidió ayuda a los españoles, aliados suyos en esos momentos. Éstos no dudaron en enviar a cinco navíos de línea entre los que se encontraban el San Hermenegildo y el Real Carlos. Pero aunque los ingleses estaban atracados en puerto eso no significaba que estuvieran ociosos pues aprovechando la oscuridad uno de sus barcos, el Superb, fue enviado a interponerse entre ambos colosos y así dar tiempo a su flota para volver a salir a la mar. El Superb, sigilosamente y con todas las luces apagadas se metió entre ambos abriendo fuego contra el Real Carlos. Nada más disparar se dió a la fuga dejando atrás a los dos barcos españoles que repuestos del impacto y creyendo que artillaban contra el enemigo se destrozaban mutuamente el uno al otro. Y así siguieron toda la noche hasta que llegó el alba, y disipada la niebla de los cañones, se dieron cuenta del tremendo error que habían cometido. No había tiempo para solucionar la catástrofe pues tal fue el ímpetu artillero entre los dos barcos que ambos acabaron volando por los aires después de incendiarse sus polvorines.