Al igual que el Guernica de Picasso representa los
horrores de la guerra, Duelo a Garrotazos
de Goya se ha convertido en todo un símbolo de las guerras civiles que han
desangrado nuestro país. Allí en el cuadro los podemos ver, hermano contra
hermano blandiendo una estaca para destrozarse mutuamente, enterrados y
decididos a matarse sin razón alguna. Pues bien este lienzo recibe al día
cientos de visitas y casi todo el mundo ve en esta escena a un par de hombres
sumergidos en el fango en una especie de lucha tribal sin saber que
originalmente Goya los pinto al completo, sin estar hundidos en el barro.
Entonces ¿por qué están así? En 1874 el barón d´Erlanger era el dueño de la
Quinta del Sordo donde se encontraba esta obra en uno de sus muros. Con el paso
del tiempo esta pintura mural se había ido deteriorando poco a poco por lo que
el barón encargó a Salvador Martínez Cubells, entonces restaurador del Prado,
que la trasladara a un lienzo y que a la vez lo restaurara. Pero en el proceso Duelo a Garrotazos sufrió una serie de
alteraciones importantes siendo la más importante que Salvador Martínez
Cubells, sin saberse un motivo claro, decidió cubrir las piernas de los dos
luchadores con una gruesa capa de pintura oscura que simulaba el sucio barro de
la ignorancia.