El artífice
inicial de esta obra fue el historiador Doane Robinson el cual quería que las
Colinas Negras (Dakota del Sur) formaran parte de las rutas turísticas
estadounidenses. La idea principal de Robinson era que se esculpieran en estas
montañas los rostros de varios personajes ilustres del país, pero para ello
necesitaba la autorización del Congreso de los Estados Unidos. Pasado un tiempo
lo consiguió y encomendó la misión de plasmar las figuras al escultor Gutzon
Borglum, el cual centró su obra en el Monte Rushmore debido a que allí el
granito es más resistente.
Pero ¿qué
personajes serían los más representativos para los americanos? ¿Quiénes se
merecerían estar inmortalizados? Después de estudiarlo detenidamente Doane Robinson
pensó que deberían ser los siguientes: George Washington, padre de la nación
americana y héroe de la Guerra de Independencia; Thomas Jefferson, quien
compuso la Declaración de Independencia; Abraham Lincoln el cual mantuvo unido
a los estados en los duros momentos de la Guerra de Secesión, a la vez que
liberó a los esclavos; y Theodore Roosevelt, quien plantó la semilla de la
expansión territorial en el espíritu americano. En total Gutzon Borglum, con la
ayuda de una cuadrilla de cuatrocientos trabajadores tardaron catorce años,
entre 1927 y 1941, en construir este “santuario de la democracia”
convirtiéndose en uno de los iconos más conocidos de los Estados Unidos.