¡Quién lo iba a
decir! Francisco Franco Bahamonde, cuando era un simple comandante, él que siempre fue frío en el trato con los demás,
tuvo la osadía de jugar con el corazón de dos mujeres. Les pongo en situación:
Verano de 1919, el que fuera futuro dictador de España durante casi cuarenta
años, tras dar unas conferencias en Oviedo sobre sus experiencias en la Escuela
de Tiro de Valdemoro, se dio el lujo de tomar unas vacaciones en Ferrol para descansar
y de paso visitar a su madre. Mientras pasaban los días, conoció a una joven
ferrolana llamada Maria Ángeles Barcón, a la cual rápidamente puso sitio para
ganarse su corazón. Ésta era bastante guapa (había sido recientemente coronada
como reina de los juegos florales) y lo más importante ¡le correspondía! Lo
curioso del asunto es que en aquel verano en el que Franco cortejaba a la
gallega, éste estaba ya comprometido no oficialmente (sería oficial en 1920)
con doña Carmen Polo. Es decir que el
futuro Caudillo estaba tanteando a la vez con los sentimientos de dos damas.
Al principio
Maria Ángeles y Franco salieron con un grupo de amigos de ella, y pasado poco
tiempo ya comenzaron a vérseles pasear juntos y sin carabina. Pero no nos
dejemos llevar por las impresiones, pues Franco no era persona de lanzarse a
aventuras a tontas y a locas, sino que todo lo que hacía tenía un motivo, pues
viendo que la relación que tenía con Carmen Polo en aquel año de 1919 estaba
algo estancada prefirió abrir un segundo frente por si una de las dos
relaciones fallaba. Aun así, los amoríos de Franco y la ferrolana no fueron más
allá de una aventura de verano ya que el padre de ella se opuso a las
intenciones del comandantín (como le
motejaban entonces) el cual le consideraba un cazadotes. Después de esta
prohibición, Franco se despidió de ella y nunca más volvieron a verse.