domingo, 12 de enero de 2014

EL EQUIPAMIENTO DE UN TEMPLARIO



Cuando alguien conseguía ser templario la Orden era la encargada de abastecerle. Esta es la lista de la compra que el utillero debía entregar a su nuevo monje-soldado:

Ropa: Dos camisas, dos pares de calzas, dos calzones y un sayón, una pelliza forrada de cordero y oveja, una capa, dos mantos, uno de verano y otro de invierno, túnica, cinturón y dos bonetes, uno de fieltro y otro de algodón, y finalmente calzado resistente.

Útiles cotidianos: una servilleta para cuando comía, dos copas, una cuchara, un cuchillo y una navaja, un cuenco y una escudilla para comer, caldero, hacha para talar, tres pares de alforjas, una toalla, un jergón y dos mantas para dormir que solían ser negras y blancas como la bandera de la orden.

Armas: una loriga (armadura), calzas de hierro, casco con protección nasal, yelmo, espada, puñal, lanza con gallardete triangular, cota de armas blancas y gualdrapa para el caballo. La cruz paté de la orden debía ir en el gallardete de la lanza, en el extremo superior izquierdo del escudo, y en la cota.

Además de haber fuertes sanciones para los que perdían su equipamiento, la orden templaria abominaba de todo lo superfluo y de cualquier adorno inútil que se incorporara al vestido.