lunes, 13 de enero de 2014

UN PRESIDENTE CON BUEN CORAZÓN



De Abraham Lincoln se cuentan un gran número de anécdotas, destacando sobre todas ellas las que hablan de su humanidad. Se sabe que durante la Guerra de Secesión indultó a 800 soldados que iban a acabar siendo fusilados y que habían sido acusados de haber desertado. Entre todos aquellos indultos destaca uno en el que un muchacho no se había presentado en su regimiento cuando se dirigía a la batalla ya que un día antes se había casado y se negaba a abandonar a su reciente esposa. Abraham Lincoln no solo lo indultó sino que en la misma sentencia escribió lo siguiente:

Espero que sea muy feliz y que nunca me reproche que le haya salvado la vida.