martes, 21 de enero de 2014

UNOS CIEGOS MUY PARTIDISTAS



Mientras se desarrollaba la Guerra de Independencia, y en los campos de España se libraban cruentas batallas, entretanto en Cádiz se estaba forjando una de las constituciones más adelantadas de su tiempo. A aquella reunión habían acudido grandes prohombres de todos los rincones del país e incluso de América haciendo de la ciudad gaditana uno de los focos de libertad más grande de Europa. Pues bien, en aquel ambiente continuo de efervescencia política era común que los ciegos, que generalmente entonaban romances por la vía pública, ahora utilizaran su verborrea para anunciar a todo el mundo las victorias españolas, pero sin hacer mención a las derrotas sufridas. De esta situación se dio cuenta  uno de los diputados que iban continuamente a las sesiones de las cortes, Nicasio Gallego, por lo que un día se acercó a uno de aquellos ciegos y le preguntó por qué siempre anunciaba victorias y si alguna vez los franceses habían ganado alguna batalla. Acto seguido, y sin titubear, le respondió el aludido:

Sí, señor, pero esas noticias les corresponde darlas a los ciegos de Francia.