sábado, 8 de marzo de 2014

ROMA DE LOS CÉSARES - Juan Eslava Galán



Cuando estés en Roma, compórtate como los romanos. (San Agustín)

Hemos visto un buen número de películas, llamadas comúnmente como “de romanos”, en las que el director y los actores pretenden ofrecer al espectador un reflejo más o menos fiel de la época republicana o imperial. Con emoción nuestros ojos ven las venturas y desdichas de los emperadores, sus conquistas y sus megalomanías, pero aunque el film nos parezca impecable siempre nos queda la sensación de que lo que los actores nos han ofrecido es solamente cartón piedra sin trasfondo ninguno. Historias ya conocidas pero vacías de contenido. Un mundo maniqueo en el que parece que la población es solamente una mera comparsa para las ambiciones de sus dirigentes. Pero parece que poco a poco, en la historiografía actual se esta abriendo una nueva disciplina en la que se da más primacía a la sufrida población que a los emperadores, ofreciéndonos de manera rica y diversa el modus vivendi del romano medio o pobre. Esta es la línea que ha elegido Juan Eslava Galán en su obra Roma de los Cesares, mostrarnos un colorido fresco de la vida más íntima de la Ciudad Eterna.


A diferencia de otros sesudos ensayos en los que un autor desgrana de manera erudita los entresijos de las calles romanas, Eslava Galán, con gran acierto y originalidad se adentra en la ciudad de Roma y sus caminos Imperiales como si se tratara de un ciudadano más, habiéndose trasladado allí como si tuviera una máquina del tiempo. A modo de excursión nos enseña cómo eran las casas romanas, cuales eran sus principales barrios, los más peligrosos y los más elitistas, en que termas o lugares de diversión se relajaban los romanos, e incluso se atreve a entrar en el terreno más íntimo enseñándonos las costumbres religiosas y sexuales que imperaban en aquella época imperial, o los más alocados y dicharacheros banquetes que regaban las noches romanas. No nos encontramos con una visión omnisciente y despegada de la realidad de aquella época, pues el autor nos invita a ser auténticos romanos siendo romanos de pro, y de esta manera comprender la mentalidad de aquel imperio que conquistó medio mundo a ritmo de nervio y ansia.



Les aseguro que con este ensayo no se van a aburrir, pues, como es común en todas las obras de Juan Eslava Galán, toda la erudición que despliega está trufada de humor e ironía, haciendo que ese paseo que damos por la ciudad de Rómulo y Remo, sea en todo momento agradable y desenfadado. El rigor histórico es continuo en el libro, pero no de manera sofocante, pues mientras observamos con ojos entusiastas las magnitudes ciclópeas del Coliseo o leemos de manera ávida textos latinos que ejemplifican el ritmo vertiginoso de la ciudad, a la vez con el rabillo del ojo podemos alabar y sonrojarnos con las formas generosas de una meretriz romana que nos invita con su mirada a dar un paseo entre los brazos de Venus.

Aunque es un libro difícil de encontrar en venta, pues ya no esta en librerías sino en tiendas de segunda mano o bibliotecas, les instigo y conmino a que rastreen y localicen algún ejemplar disponible ya que si tienen ganas de sentir el ritmo vibrante de la ciudad que fue foco de la cultura occidental junto a Grecia, y a la vez desean sentir el aliento vital que se respira en cada calle romana, la obra de Juan Eslava Galán, Roma de los Cesares es el libro ideal.