jueves, 6 de marzo de 2014

APRENDIENDO DE LA REALIDAD



Se cuenta que el artista Gentile Bellini estuvo trabajando en Constantinopla para el sultán Mahomet II entre 1479 y 1481. Durante ese tiempo el señor de la Sublime Puerta le encargaba continuamente que pintara lienzos eróticos con los que luego solazarse a solas, pero un día Bellini, cansado de la misma temática comenzó a pintar un cuadro religioso en el que aparecía la famosa escena de la degollación  de san Juan Bautista. El sultán al ver el cuadro terminado, no se enfadó en absoluto, sino al revés ya que incluso indicó al artista que la cara del Bautista no estaba bien lograda. Que no era realista. Para mostrarle como era en realidad el rostro de una persona a la que ejecutan mandó traer a su presencia un esclavo, al cual ejecutaron delante del pintor cortándole la cabeza. Agradecido por ello volvió a retocar el cuadro pintando de este modo la verdadera faz del terror.