viernes, 16 de mayo de 2014

LOS GUSTOS CULINARIOS DE HITLER



Uno de las cosas que más sacaban de quicio a los generales y colaboradores de Adolf Hitler era su vegetarianismo. El Führer no consumía nunca carne ni permitía que nadie lo hiciera, o que fumara a su lado o se presentara ante él apestando a alcohol. En sus charlas de sobremesa, tras una comida, le gustaba dar su punto de vista sobre las bondades de la comida vegetariana. Opinaba que el hombre, desgraciadamente, se había vuelto carnívoro “porque en la época glacial lo obligaron a ello las circunstancias. Lo incitaron también a cocer los alimentos, costumbre que tiene hoy día”. Por tanto el estado natural del hombre es volver a comer solamente vegetales ya que eso hará que los niños del ahora se conviertan en hombres “puros” en el futuro y puedan vivir más.

Pero aunque Hitler era un amante de las verduras, no era un vegano consumado ya que adoraba los platos hechos o condimentados con pescado. El mismo decía: “Alemania consume anualmente unos doce kilos de pescado por habitante. Japón, entre cincuenta y sesenta kilos. ¡Todavía tenemos margen!”. Es por ello que el dictador alemán fuera un amante de la comida mediterránea en la que existe un equilibrio dietético entre carnes y verduras. De vuelta de un viaje a Italia una de las primeras cosas que dijo a sus allegados al llegar a Berlín fue que “los pueblos meridionales no conocen la alimentación a base de carne, ni la cocción. He vivido maravillosamente en Italia. La cocina de Roma…¡qué delicia!”.