martes, 23 de septiembre de 2014

LOS ESQUIVOS AMORES DE ALFONSO XII



El 23 de Enero de 1878 se casaron en la basílica de Atocha el rey Alfonso XII y  Maria de las Mercedes de Orleáns. Pero aunque estaban muy enamorados, la felicidad conyugal de los nuevos reyes de España solo duró unos meses, ya que la reina consorte moría de tifus en el Palacio Real de Madrid un 26 de Junio de ese mismo año. Tanto impacto causó la noticia entre la opinión pública que a raíz de ello se creó en torno a este hecho la leyenda del doloroso trance en que quedó el hijo de Isabel II. Ya lo dice la tonada popular:

¿Dónde vas, Alfonso XII, / dónde vas triste de ti? / Voy en busca de Mercedes / que ayer tarde no la vi.

Pero parece que el dolor por la pérdida de su amada no le debió durar mucho pues al año siguiente ya se le empezó a buscar un nuevo matrimonio al rey. Según se dice todas estas prisas se debieron a razones de estado. Vaya usted a saber. Aun así, sea por una cosa u otra lo importante es que se rastrearon todas las casas reales de Europa en busca de una reina. Y la elegida no fue otra que la archiduquesa de Austria, María Cristina de Habsburgo-Lorena. La primera vez que la vio no se llevó de ella una muy buena impresión. A Alfonso XII le gustaban más rellenitas, y ésta, en cambio era esbelta y algo huesuda para sus gustos. Pero lo que en cambio la que si le gustó fue su futura suegra, pues según unas palabras que le dijo a uno de sus allegados “estaba de toma pan y moja”. Incluso tiempo después de haberse casado de nuevo todavía tenía la espinita clavada de no haberse declarado a la madre de su esposa:

Lastima que, gustándome más la madre, tenga que casarme con la hija.