Una de las
grandes aportaciones napolitanas a la cocina mundial fue la creación de la
pizza. Y de todas ellas la más conocida es sin duda la pizza margarita. Se trata, para quien no la conozca (cosa difícil
hoy en día) de un disco de masa horneada que básicamente contiene queso fundido
y salsa de tomate. Tiene su origen a finales del siglo XIX, precisamente en
Junio de 1889, cuando la entonces reina de Italia Margarita de Saboya, estuvo
de visita un mes en Nápoles. Una de las cosas que más le atraía de aquella
ciudad era la fama de sus pizzas, y por eso mandó llamar a Raffaele Esposito
que era en aquel momento el pizzaiolo
local más conocido. Para que le confeccionara las mejores pizzas, fue llevado a
las cocinas del palacio Capodimonte, situado en lo alto de una montaña. De esta
manera, también se aseguraban que estas le llegaran calentitas a la propia mesa
y así evitar que algún repartidor se retrasara y se las sirviera frías.
Raffaele en total le horneó tres: una con aceite, otra con boquerones, y otra
tercera con tomate, mozzarella y un
par de hojas de albahaca. El veredicto regio fue que le habían gustado las
tres, pero sobre todo la tercera. En honor a este hecho, el pizzaiolo bautizó a ésta, como Pizza Margherita.
Todavía hoy, en la antigua pizzería
de Raffaele, hoy conocida como Pizzería Brandi, se exhibe la carta de
reconocimiento a esta creación. En ella pone lo siguiente:
Casa de su Majestad,
Capodimonte, 11 de Junio de 1889
Cuerpo de Inspectores:
Apreciado señor
Raffaele Esposito. Le confirmo que las tres clases de pizza que preparó usted
para Su Majestad resultaron deliciosas.
Su más devoto sirviente,
Jefe de Servicios de Mesa de la
Casa Real