martes, 21 de abril de 2015

CRECED Y MULTIPLICAOS



Giotto di Bondone (1266/1267 – 1337), más conocido como Giotto a secas, se le recuerda por ser uno de los padres del Renacimiento y por haber plasmado de manera soberbia la vida de San Francisco en la Basílica de Asís. Muchos expertos en arte han querido buscar su rostro en estos frescos pero de momento, aunque se sabe que le encantaba retratarse en sus pinturas, nadie lo ha hallado. Lo único que se sabe al respecto es que según las crónicas Giotto era bastante feo y que a pesar de su fealdad una mujer muy bella se enamoró de él. Tanto se querían que de esta relación tuvieron muchísimos hijos, y debido a ello se cuenta  la siguiente anécdota.

Una vez un noble de la zona quiso encargar a Giotto un trabajo así que para contratarlo decidió el mismo presentarse en el taller del pintor, el cual estaba dentro de la propia casa. Cuando llamó a la puerta una marabunta de niños se abalanzaron sobre el noble y tantos eran que casi lo sepultaron entero. Éste al ver semejante prole le dijo sorprendido a Giotto: “Maestro, quiénes son todos estos niños”. Giotto le respondió: “Son mis hijos señor”. El noble después de mirar estupefacto a la chiquillería volvió a preguntar: “Pero… ¿todos, todos? ¡Si parece imposible…!” Y el pintor, sonriendo con humildad y una pizca de picardía le contestó finalmente: “Señor, es que yo por el día pinto y por la noche esculpo”.