lunes, 22 de febrero de 2016

EL OSO DE BYRON



De Lord Byron sabemos muchas cosas. Que fue un gran impulsor del movimiento romántico, un excelente literato y una de las personas más excéntricas y controvertidas que han existido. Pero lo que mucha gente desconoce es que Byron también era un gran amante de los animales. Desde que era pequeño siempre le gustó estar rodeado de ellos. En su casa tuvo animales de todos los tipos, desde los más comunes como gatos, perros, gallinas, hasta algún pavo, zorros, águilas, halcones, e incluso una vez fue propietario de un esplendido y bello oso. Esto último ¿cómo fue posible? Pues ni más ni menos por culpa de las estrictas reglas de la universidad a donde fue a estudiar. Parece ser que cuando era pequeño le regalaron un cachorro de terranova al que puso por nombre Boatswainand, y desde el mismo momento en que se vieron se hicieron compañeros inseparables. Todos los días andaban juntos hasta que llegó el año 1805 cuando el joven Byron tuvo que acudir a Cambridge a estudiar en la afamada universidad del Trinity College. Cuando llegó allí estuvieron a punto de echarle ya que se había llevado consigo a su perro, y según las normas del lugar estaba terminantemente prohibido tener perros en las habitaciones. Y aunque reclamó varias veces volvieron a denegarle su petición de quedarse con Boatswainand. Pero lo que la dirección del centro no sabía era lo tozudo que podía llegar a ser Byron. Un buen día el futuro autor del Don Juan decidió comprar un oso y llevárselo  hasta las mismas puertas del Trinity College. Claro está no le dejaron entrar con él alegando que no se podían tener animales allí dentro pero ante el asombro de todos Byron solicitó que le señalaran dónde estaba escrito que no podía tener  un oso en el centro. Y, como no encontraron esta norma, Byron pudo quedarse con él. Es más, tiempo después incluso pidió una beca en nombre de su amigo y ¡se la tuvieron que conceder!, ya que de facto estaba matriculado en esta prestigiosa universidad.