domingo, 21 de febrero de 2016

LA BAYETA HUMANA



¿Sabías que el verdadero nombre de Buster Keaton  era Joseph Frank Keaton, y que el apelativo por el que mundialmente es conocido se debe al maltrato infantil que sufrió durante su infancia? Según parece era hijo de unos  actores de vodevil los cuales estaban continuamente discutiendo. Lo curioso es que para pelearse no usaban solamente palabras sino que utilizaban al pobre bebe como arma arrojadiza. En una de ellas el padre agarró a Keaton y como era costumbre se lo tiró a su mujer con tan mala fortuna que ésta se agachó haciendo que el proyectil humano saliera disparado por la puerta de la habitación, que en esos momentos estaba abierta, y cayera dando tumbos por la escalera justamente a los pies del jefe de la compañía, el gran Houdini, quien al presenciar esta escena no se le ocurrió otra cosa que gritar asombrado: “What a buster!” (Que más o menos se puede  traducir como ¡Vaya porrazo!) Cuando el pequeño Keaton cumplió más años pasó directamente a las tablas ayudando a sus padres en su nuevo espectáculo: La bayeta humana. Parece ser que el número consistía esencialmente en golpear, estrujar, y estirar al pobre Buster sin que este perdiera su cara de palo. Aunque ahora nos parezca una auténtica barbaridad en aquellos tiempos este tipo de espectáculos eran muy comunes, y no solo divertían al público sino que también daban mucho dinero. Así pues, cuando terminaban el número,  los espectadores les tiraban algunas monedas a escena, a lo que  los Keaton, para demostrar lo agradecidos que estaban, arrojaban el niño al publico siendo éste devueltos de la misma manera como si fuera una pelota de playa. Llama atención que Buster Keaton nunca se rompiera un hueso. Con el tiempo este tipo de maltrato se convirtió en uno de sus sellos de identidad en el cine ya que su “elasticidad” le permitió rodar un buen número de escenas sin utilizar dobles, solo utilizando su cuerpo.