Para quien no lo
sepa, Adriano IV, (1100-1159) ha sido el primer y único Papa inglés que ha existido
en la Historia. Y para uno que tienen llama la atención la manera tan ridícula que
tuvo de morir. Nos hemos de remontar al momento en el que este Papa volvía a su
palacio tras haber hecho un ataque, a través de un ferviente sermón, contra el emperador
Federico I Barbarroja. Pues bien,
como iba diciendo, cuando volvía parece ser que era un día muy caluroso y se
paró en un pueblo a beber un poco de agua. Precisamente cuando estaba
trasegando de un jarro que un buen hombre le había traído, una mosca caprichosa
se coló en su boca y se metió directo en su garganta. Allí quedó aprisionada, y
entre el asco que le dio al Sumo Pontífice y la obstrucción provocada por el
insecto, los médicos no pudieron hacer nada por auxiliarle. Murió de asfixia
allí mismo, rodeado de lugareños que no
daban crédito a lo que acababan de ver.