lunes, 19 de junio de 2017

UNA HABITACIÓN MEDIA CON LIMPIO



Desde que a mediados del siglo XVI Madrid se convirtiera en capital de España, el número de habitantes comenzó a crecer. La gente llegaba de todas partes de la Península y muchos, mientras buscaban un alojamiento definitivo, se conformaban con acudir a las posadas a dormir y comer. El problema es que en aquellos años, aunque había aumentado la población, no había pasado lo mismo con los alojamientos antes mencionados y debido a ello era normal que las pocas habitaciones que hubiera se tuvieran que compartir entre los viajeros. Así pues fue corriente en aquellos años que empezara a sonar en las posadas la expresión “Media con limpio” que venía a decir que el viajero deseaba media cama (habitación compartida) pero sobre todo que el compañero que le tocara en suertes fuera extremadamente limpio, o lo que es lo mismo que no tuviera piojos, liendres, pulgas, que no oliera mal y que en resumidas cuentas estuviera lo suficientemente aseado para que el tufo que desprendiera no fuera insoportable y pudiera dejarle dormir.