domingo, 3 de septiembre de 2017

EL POLLO DE NAPOLEÓN



Después de que Napoleón venció a los austriacos en la batalla de Marengo (14 de Junio de 1800) parece ser que al Gran Corso le entró un gran apetito. Cuando llegó a una posada pidió a la cocinera que le prepara un pollo pero cuando ésta entró en  la cocina se encontró con un gran problema: no había mantequilla ni grasa de cerdo con la que embadurnar por dentro y por fuera al pollo para que quedara en su punto. Así que viendo lo que le podía pasar no le quedó otra cosa que tirar de ingenio. Puso una buena cantidad de aceite en una cacerola, cuando estuvo caliente introdujo el pollo, lo aderezó con un poco de ajo y pimienta, y pasado un rato, al ponerse doradito, le añadió vino blanco. Y para terminar lo hizo acompañar de pan frito y unos champiñones frescos. Con mucho cuidado sirvió el pollo y ante la sorpresa de todos al general le entusiasmo tanto el sabor que desprendía aquella nueva receta que desde ese mismo día Napoleón siempre que podía solicitaba que le sirvieran aquel plato al que se le empezó a conocer como “El pollo de Marengo”. Plato que hoy día se sigue sirviendo en los mejores restaurantes del mundo.