sábado, 23 de septiembre de 2017

¿QUÉ FUE LA PORNOCRACIA?



Cuando hablamos del término Pornocracia no nos estamos refiriendo a ningún título de una película del género pornográfico sino concretamente a una época de la historia del papado ocurrida entre el gobierno de Sergio III (904) hasta la muerte de Juan XII (964). La culpa de que a esta parte de la historia se la llame así hemos de atribuírsela al erudito Cesare Boronio quien no solo la denominó de este modo en sus Anales Eclesiásticos sino que también la motejó como de Saeculum Obscurum (Siglo Oscuro) o Normas de las Putas.

¿Quiénes eran estas supuestas “putas”? Para saberlo antes hemos de remontarnos a la Alta Edad Media. En aquellos tiempos era normal que al papa se le eligiera o bien por influencias de los nobles o por imposiciones, asesinatos, complots… Pues bien en este caso que nos ocupa pasó algo parecido. A la muerte de León V (903), el cual había sido apoyado por la familia Spoleto y un primo de aquella facción llamado Teofilacto, eligieron como nuevo pontífice a Sergio III (904 -911), quien en agradecimiento por su elección no tuvo otra idea que nombrar al tal Teofilacto como la persona que se encargaría de las finanzas de Roma, y a su esposa Teodora como senatrix (senadora) o serenissima vestatatrix. Y tanto ardor tenía ésta en ayudar a Sergio III que no dudó no solo en aconsejarle en su despacho sino incluso en meterse en la cama con él y desde ahí seguir utilizándolo como marioneta para alcanzar sus ambiciones. Y no solo eso sino que incluso Mazoria, la joven hija de Teodora, también fue llevada al tálamo papal para que éste colmara sus apetitos carnales. De estas relaciones tan turbias tuvieron un hijo llamado Juan (futuro Juan XI)

Como se puede ver tanto Teodora y Mazoria se habían convertido en las verdaderas jefas de Roma. Ellas solas lo cocinaban y ellas mismas se lo comían. Tanto poder tenían que hasta se arrojaron el derecho de elegir a los tres papas siguientes: Anastatius III (911 -913), Lando (sólo duró unos meses), y Juan X (914). Cuando en 916 muere Teodora, Mazoria sigue sus pasos y elige otros tres nuevos papas: León VI (928), Esteban VII (928-931), y finalmente Juan XI (931 – 935), el cual era el hijo habido con el papa Sergio III. Mazoria poco a poco empezó a demostrar que era más ambiciosa que su madre y por tanto el título de hacedora de papas empezó a quedársele pequeño. Ahora quería ser reina. Así pues cuando murió su segundo marido, Guy de Toscana, quiso casarse con su cuñado Hugo de Arlés, a la sazón rey de Italia. Para ello solamente tenía que convencer al papa de que anulara el matrimonio de su prometido y, claro está, como era su propio hijo por aquí no tuvo ningún problema. Pero el gran escolló lo encontró en su hijo Alberico II, hijo de su primer matrimonio con Alberico I, quien se negó rotundamente a los esponsales. Es por ello que cuando se produjeron en 932 éste se rebeló  y no contento con expulsar a Hugo de Roma acabó encarcelando a su madre y al papa Juan XI en el castillo de Sant'Angelo. Allí permanecerá hasta que Alberico II murió donde fue trasladada hasta un monasterio donde falleció en 955. Como colofón decir que a su hijo también se le conoce como “el hacedor de papas” porque hasta su muerte en el 954 siguió eligiendo a los que él deseaba. De tal palo tal astilla.