domingo, 4 de marzo de 2018

LA ARPÍA DE CULLODEN



En las batallas de hace siglos era normal que,  pasadas éstas, hubiera gente que narrara que se habían ganado o perdido por algún extraño suceso que se había producido en la víspera. Existen muchos casos, como por ejemplo el que ocurrió en la famosa Batalla de Culloden (16 de Abril de 1746)  en la que el ejército jacobita de la Casa Estuardo (en su mayoría compuesto por escoceses)  se enfrentó a los partidarios de la Casa de Hanover por el trono británico. Se cuenta que en la víspera del enfrentamiento, durante la madrugada, se empezaron a escuchar unos gritos horripilantes en el campo escocés. Los soldados, medio dormidos y sin arreglar, salieron fuera de sus tiendas de campaña y vieron en el aire una especia de monstruo que los dejó a todos helados. Uno de los generales, lord George Murray, que fue testigo del hecho dejó escrito que aquel ser que daba terribles alaridos en el aire tenía la apariencia de una arpía de la antigüedad, pues parecía que su cuerpo estaba compuesto por unas oscuras alas de murciélago, cuerpo sibilino, cabeza de hombre o mujer y unos ojos rojos que dejaron petrificados a todo el que vió aquel ser maldito. El vuelo de aquella arpía solo duró unos minutos pero  tan funesto fue su mensaje que pareció vaticinar lo que iba a ocurrir al día siguiente: el ejército inglés aplastó al escocés alejando de esta manera el sueño de la Casa Estuardo de ocupar el trono británico.