miércoles, 2 de mayo de 2018

EL ENIGMÁTICO ENEMIGO QUE DERROTÓ AL EJÉRCITO BRITÁNICO


Desde que los españoles consiguieron colonizar y conquistar el continente americano, al igual que las islas del Caribe, se convirtieron de la noche a la mañana en objetivo principal de otras potencias extranjeras que igualmente codiciaban las riquezas del Nuevo Mundo. Es por ello que durante siglo aquellos lugares fueran auténticos campos de batalla, ya fuera por mar o tierra, dándose incluso algún que otro episodio chusco como por ejemplo el que le sucedió al almirante Penn en 1654 cuando quiso conquistar la isla de Jamaica.
Una noche oscura embarcó a sus soldados en distintas barcas y con mucho sigilo consiguió desembarcarlos cerca de unos cañaverales que había en la costa. Sin decir nada, solo con gestos, mandó a sus soldados que avanzaran pero  cuando éstos lo hicieron comenzaron a oírse entre las cañas un fuerte griterío que los hizo detenerse por miedo a que el enemigo los hubiera ya descubierto. Así que el almirante hizo lo más razonable y ordenó que todos volvieran rápidamente al barco. Al día siguiente Penn quiso repetir la hazaña pero esta vez a plena luz del día. Así pues volvieron al mismo sitio e igualmente cuando se movieron comenzó a oírse de nuevo el estridente griterío. Esta vez el almirante, extrañado de no ver ningún enemigo cerca, ordenó a un par de exploradores que fueran a ver qué es lo que estaba sucediendo. Pasado un rato los exploradores volvieron y mostraron a Penn quiénes eran los causantes de aquel ruido: ¡unos cangrejos! Parece ser que dentro de los cañaverales había una comunidad gigantesca de miles de crustáceos, los cuales cada vez que sentían una amenaza empezaban a entrechocar sus pinzas para ahuyentar a los posibles depredadores. El almirante Penn, avergonzado por lo sucedido mandó que nunca se hablara de este episodio, pues ¿cómo iba a explicar a sus superiores que el todo poderoso ejército británico había sido derrotado por unos pequeños cangrejos?