sábado, 28 de julio de 2018

LA KATANA DEL SAMURÁI



La katana, espada japonesa por excelencia, es uno de los iconos más reconocibles de ese país. La vemos en fotos, cuadros antiguos, animes y mangas, y no falta película de samuráis en las que un temible guerrero no luzca una destreza increíble con esta arma. Aun así llama mucho la atención que la katana no fuera en un principio el arma principal de la panoplia de un samurái como comúnmente se ha creído. Esta arma, proveniente de China, fue conocida en Japón entre el siglo X y el siglo XII  como zhanmadao o destripadora de caballos ya que era una espada idónea para rajar el vientre de este animal en plena batalla. En la Edad Media las armas preferidas de los guerreros nipones eran el arco y la lanza y aunque ya en el periodo Sengoku (siglos XV y XVI) algunos ya empezaban a portar katanas éstas no eran más que un complemento secundario. Fue en cambio en el periodo Edo (o periodo Tokugawa, siglo XVII), en pleno proceso de pacificación del país tras las guerras civiles, cuando los samuráis comenzaron a darle mayor importancia a la katana y a utilizarla junto con el wakizashi (sable de menor tamaño). Desde ese momento la katana se convirtió en un símbolo de los samuráis, un ornamento que daba mayor status a su portador, aunque ya no hubiera guerras intestinas en las que luchar. Los samuráis las llevaban a todos los lados, portaban esos espadones para reafirmar su autoridad y gustaban de fotografiarse con ellas incluso cuando su tiempo de hegemonía hubiera pasado. Esto hizo que la katana se hiciera internacionalmente famosa fundiendo su imagen y destino al de los valientes samuráis.