miércoles, 19 de diciembre de 2018

NADA DE AGARRARSE LOS TESTÍCULOS EN UN JUICIO


Existe una falsa creencia que afirma que los romanos al jurar decir la verdad se agarraban los testículos con la mano derecha. De ahí, de esta leyenda tan extendida, se piensa que proviene la palabra “testificar”. Pero en verdad el origen de este vocablo es algo más difícil de precisar. Se cree que viene del latín testis que viene a significar algo así como testigo o persona que declara en un juicio contra otra persona. En cambio llama la atención que la palabra “testículo” también proviene etimológicamente del latín y se podría traducir por “pequeños testigos”. Nos encontramos por tanto con dos palabras, testificar y testículos, que tienen el mismo origen. Así pues, para no confundirlas las lenguas romances al evolucionar del latín decidieron que la primera fuera el resultado de testis + facere (hacer), o lo que es lo mismo “hacer de testigo”, mientras que en la segunda a testis se uniría el sufijo culus, quedando como resultado el término "testículo".