Los cristianos
consideran que la lectura y consejo de su libro sagrado, La Biblia, salvará su
alma y les permitirá acceder, siguiendo sus enseñanzas, al Paraíso. Incluso a
veces han considerado que el mismo libro pero en formato físico también les
salvará en medio de una contienda bélica, como por ejemplo ocurrió durante la
Primera Guerra Mundial (1914 – 1918). En aquellos años se difundió la leyenda
de que muchos soldados consiguieron salvar su vida en el campo de batalla
porque portaban una biblia de bolsillo cerca de su corazón y que los disparos
enemigos se estrellaban allí sin conseguir atravesar sus santas páginas. Fuera
o no verdad, este chisme corría de boca en boca por lo que cientos de madres
enviaban de continuo biblias de bolsillo a sus hijos con el fin de que
volvieran vivos por intercesión divina. Hay que imaginarse que los fabricantes
de biblias de bolsillo ganarían una buena cantidad de dinero. Pero la verdad
era muy distinta ya que solamente, durante toda la contienda, se
conocieron dos casos de personas que se salvaran porque una bala se detuviera
en una biblia alojada cerca del corazón.