jueves, 14 de julio de 2011

MORIR DE AMOR



Nunca estuvo mejor justificada la letra de la canción vivir así es morir de amor, interpretada por Camilo Sesto, que a la muerte del príncipe Juan, único hijo varón de los Reyes Católicos en quien habían depositado la esperanza de continuar con la saga de los Trastámara aquí en España. Pero su muerte por extenuación y consumación matrimonial abrió la puerta a una nueva dinastía reinante Los Austrias que tanto darían que hablar en los siglos siguientes.

Para quien no este muy puesto en la época final de los Trastámara y en las políticas matrimoniales de los Reyes Católicos, les diré que los grandes culminadores de la Reconquista tenían 5 hijos, cuatro hijas, Juana, Isabel, María, y Catalina, y un varón, Juan. Aunque eran muy queridos por sus padres y fueron educados a la perfección, sabían que eran meramente moneda de cambio con otros reinos europeos para fijar alianzas, sobre todo para aislar al gran enemigo de ese momento que era Francia. Para ello Isabel reforzó la alianza con Portugal casándose primero con el infante Alfonso de Portugal, y al morir éste con el heredero Manuel I de Portugal, primo del anterior. Con este último volvió a casarse María al morir su hermana Isabel. La cuestión era aislar al vecino y por ello se fijó la boda de Catalina con Arturo de Inglaterra y posteriormente con la muerte del joven príncipe con su hermano el todopoderoso Enrique VIII; y Juana con Felipe de Austria (El Hermoso), hijo del Emperador Maximiliano I de Austria.

En cambio Juan debía casarse con la hermana del anteriormente citado Felipe el Hermoso, Margarita de Borgoña, perteneciente a la Casa de Austria. Parece ser que la dama era un tanto ligera de carnes y muy fogosa. En un principio estuvo prometida con un príncipe francés, pero acabó muriendo y ella se quedó con las ganas de probar el tálamo nupcial. Un auténtico fuego empezó a consumirla por dentro prometiendo en un futuro un incendio de grandes consideraciones. Tiempo después tuvo la suerte de ser designada como futura reina en alianza con el príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos de España. Pero no todo fueron flores ya que al trasladarse desde Flandes a la Península Ibérica la nave donde viajaba estuvo a punto de naufragar pues fue azotada por una enorme tormenta. Ella no tenía miedo a morir, sino a como iba a morir. Le preocupaba que cuando su cuerpo fuera arrojado a las costas nadie reparase en su condición de mujer de la realeza. Para ello pidió que le ataran a la muñeca una tablilla en la que indicaba su condición de gran dama. Más o menos venía diciendo lo siguiente: Ci git Margot (Margarita), la gentille demoiselle (Aquí yace Margot, la gentil damisela) Pero también su mente estaba obsesionada con otra idea. Que su cuerpo todavía no había conocido el calor de un varón, y por ello también puso en la tablilla lo siguiente: Deux foix mariée et morte pucelle (Dios me matrimonió y morí doncella)

La tormenta se calmó y con ello los temores de la joven Margarita. Días después llegó a las costas de norte de España y posteriormente vio a su adorado Juan, casándose el 2 de Abril de 1497 en Burgos. Enseguida consumaron el matrimonio, durante horas y horas, sin descanso alguno. El tiempo pasaba, pero había algo que no encajaba. Era normal que una esposa y un esposo, jóvenes y fogosos no se quisieran separar nunca, pero para todo había un límite. No había día que no estuvieran en el tálamo nupcial, y mientras ella estaba muy rumbosa y alegre, Juan estaba algo cansado, pues no tenía la misma constitución que su padre y siempre había sido algo delicado: Preso en el amor de la doncella, ya está demasiado pálido nuestro príncipe.

Incluso los médicos ya empezaban a preocuparse pues estaban más pegados que una lapa. Todo el reino se había convertido en una comidilla en la que a ella se le tachaba de ninfomanía y a él de esclavo sexual. Y claro este sobreesfuerzo, esta continua gimnasia pélvica tuvo como consecuencia que el príncipe Juan muriera de cansancio y extenuación un 4 de Octubre de 1497, solo seis meses después de su matrimonio. La noticia oficial de su muerte nos dice que lo que le llevó a la tumba fue una tuberculosis, pero… ¿por qué hecho apostarían ustedes?  A) ¿Por tuberculosis?; b) ¿exceso de celo matrimonial?; c) ¿tuberculosis producida por continuos ajetreos maritales dejando sus defensas bajas? El misterio esta servido.

Del matrimonio solo quedó el fruto de un débil bebe que murió posteriormente. Este hecho produjo que posteriormente los Reyes Católicos, por la falta de herederos directos confiaran en su hija Juana y su marido Felipe de Austria para que recogieran la corona del naciente Imperio Español. Los Austrias acababan de hacer acto de presencia. Parecía como si la niña Margot, Margarita, hubiera allanado el camino a su hermano para alcanzar el trono. Pero, tras la muerte de Juan, ¿qué fue ella? Volvió a su tierra y se convirtió en el aya de un niño pequeñito que acabaría llegando a ser emperador de medio mundo… Carlos I de España y V de Alemania.

Si les ha picado la historia y desean buscar la tumba de Juan, hallaran el sepulcro en el Real Monasterio de Santo Tomás, en Ávila, pero no sus restos ya que durante la Guerra de Independencia fueron profanados por los franceses y se desconoce su procedencia. Desde luego que el joven príncipe tuvo una vida y una muerte bastante ajetreada. 

Antes de despedirme, una última curiosidad ¿Saben que existe una relación muy fuerte entre la actual isla de Cuba y nuestro el hijo de los Reyes Católicos? No se extrañen, parece ser que cuando el ya Almirante Colón descubrió aquella isla la llamó Isla Juana en honor del todavía heredero Juan de Aragón y Castilla, el último Trastámara.