martes, 8 de noviembre de 2011

LA CORRUPCIÓN RUSA DE FERNANDO VII


Fuente: Revista Clio Historia nº120

Y es que lo de sacar “tajada” no es de ahora sino una auténtica costumbre que se ha dado durante toda la historia, y España, como no, también ha querido su parte. Aquí nadie se salva. Les pongo un ejemplo: corría el año 1817 y en nuestro solar patrio reinaba Fernando VII, el Deseado. Pero, a la vez, también se estaba produciendo otro hecho que marcaría el rumbo de nuestra historia, el proceso de independencia de las colonias americanas. Ante esta situación se decidió llevar urgentemente tropas al otro lado del Océano para luchar contra los insurgentes, pero el estado calamitoso de nuestra armada era tal que era casi imposible el transporte de los milites. A eso hay que añadirle que el estado de las arcas era igual de lamentable pues la Guerra de la Independencia y la corrupción habían hecho estragos en el erario público.

Como medida de urgencia se llamó al embajador de Rusia en Madrid y se le ofreció el siguiente negocio: la compra de algunos navíos de la armada rusa a buen precio. Pero claro, desde el primer momento no se hablo de las condiciones marítimas que tenían que tener aquellos barcos sino del dinero que cada uno de las personas envueltas en el asunto se iba a llevar. Hubo tajada para todos e incluso para la misma Pepa “La Malagueña” amante del rey en ese momento, que se llevó unas buenas monedas para gastarlas en sus caprichos.

Los barcos deberían llegar a Cádiz lo más rápidamente posible y debían ser once buques bien artillados. Como los rusos ya habían cobrado tardaron casi un año en hacerlos llegar y cuando arribaron a las costas gaditanas los marineros y soldados se encontraron con que aquellas supuestas fortalezas flotantes eran auténticos cementerios marinos comidos por los gusanos y con las maderas totalmente podridas. Fue todo un auténtico milagro que llegaran flotando a Cádiz. Claro esta, se los declaro inútiles y fueron demolidos.

Un negocio ruinoso pero que engordó la cuenta de muchas personas incluida la de Fernando VII que nada le importó el número de vidas que se perdieron allende los mares.