En los cuentos de hadas, las brujas llevan siempre unos sombreros negros ridículos y capas negras y van montandas en el palo de una escoba. Pero este no es un cuento de hadas. Este trata de BRUJAS DE VERDAD
(Las brujas, Roald Dahl)
Si acudimos al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española nos encontramos la siguiente definición de la palabra “brujo”, a saber: Hombre al que se le atribuyen poderes mágicos obtenidos del diablo/ Hechicero supuestamente dotado de poderes mágicos en determinadas culturas. Esta acepción sirve tanto para el género masculino como para el femenino y durante muchos siglos ha servido de infausta mancha que ha condenado a penas más o menos graves a cientos de miles de personas por seguir un camino distinto al establecido por el orden imperante. Actualmente esta palabra no nos dice mucho al ser absorbida por el vulgo siendo utilizada como un adjetivo cualquiera demostrando muchas veces que una persona es muy pilla (¡qué bruja eres!) o que ha conseguido algo con artes poco licenciosas (qué artes brujeriles habrá tenido para llegar a donde está) Pero aunque le parezca curioso, no hace muchos siglos (¡incluso hasta mediados del XIX!) la utilización de esta palabra no era baladí, ni dicha a bote pronto, sino que tenía un significado más oculto y misterioso que podía ir desde el insulto directo hasta la condena más injusta o a una muerte incierta. El periplo de la brujería a través de los tiempos es uno de los temas más apasionantes y más ignorados hoy en día y que gracias a libros como el que ahora mismo tengo entre manos, Breve historia de la Brujería, de Jesús Callejo, pueden desvelarnos cómo eran aquellas personas que creían volar en raudas escobas, o que bailaban hasta la extenuación en procelosos aquelarres (Sabbath) al son de una música que intentaba acallar las hordas de gentes que detrás intentaban acabar con aquellas herederas de una “religión pagana” a base de intolerancia y miedo sin control.
Jesús Callejo, gran conocedor y maestro de temas históricos, antropológicos y folclóricos, nos lleva en esta gran obra a conocer la historia de la brujería desde sus inicios envueltos en brumas y mitos allá por la misma noches de los tiempos y su asentamiento en el mundo antiguo griego y romano, pasando por los años más duros y oscuros de la Edad Medía; siguiendo en el Renacimiento, donde más se recrudece la caza de brujas, desmitificándose de esta manera a la personas que creen que la caza humana a sangre y fuego había comenzado en el mismo medievo; para terminar con el alumbramiento de nuevas ideas más clarificadoras a partir del siglo XVIII en donde decrece el ritmo de injurias a las personas que se desviaban de la línea de pensamiento del momento, recalando finalmente en el mismísimo siglo XXI donde empieza a darse un nuevo despertar de la brujería con movimientos neopaganos tan peculiares como los de la Wicca y su Libro de las Sombras. El autor, no crean, no nos ofrece un libro de chascarrilos y curiosidades salidas de la nada, sino que apoyándose en un aparato crítico impresionante, jalonado con la sabiduría de las mayores firmas en este campo, nos habla de cómo eran aquellas gentes, cuáles eran sus formas de actuar y en que ritos y deidades creían.
La bruja, de Hans Thomas
Uno de los rasgos más predominantes en el libro Breve historia de la brujería, es que a través de una prosa clara, directa, fácil de seguir, y didáctica a la par que sugerente, analiza con fino bisturí todo un mundo de superchería alojando luz sobre caminos que han sido enajenados por la cerrazón de la mente humana. La desmitificación es un elemento importante en esta obra pues Jesús Callejo, a través del discurrir de los siglos aparta a un lado y a otro lo que es leyenda y lo que es realidad. Al lector que entre por primera vez en este mundo vera con sorprendidos ojos cómo aquellas personas que tanto maltrato y tortura sufrieron no eran más que seres que veían el orbe con una mirada distinta y captaban la realidad desde otra óptica vivieran en la antigua Roma o en el turbio ambiente de la Inquisición. Además Jesús Callejo, sabiamente, sabe despejar un montón de dudas que corroe a los historiadores poniendo al la vez las cosas en su sitio, enseñándonos por ejemplo que la persecución a las brujas fue más brutal en Centroeuropa que en las tierras mediterráneas, alejando de esta manera muchos datos erróneos de la perniciosa leyenda negra.
Cientos de datos y curiosidades recorren este libro. Diferenciaremos campos que nos parecen iguales (hechicería versus brujería), dejándonos sumergir en un ambiente de lo más sugerente y enigmático a la vez. Vale la pena que echen una ojeada a este fantástico libro de uno de los autores que más conocen este tema pues, gracia a él, nada más terminarlo, tendrán la impresión de que de su mente se descorre un velo de superchería el cual no solo ha estado en su cabeza todo este tiempo sino en las testas de miles y miles de humanos en los siglos de este viejo orbe. Una lectura imprescindible, diría yo, ya que a través de su fino didactismo le hará conocer y valorar que había en el campo de la brujería y que desechar, haciendo que página a página se olvide de falsos abracadabras y leyendas sin razón. Pero aunque Jesús Callejo arroje dorada luz sobre grimorios y falsos diablillos, al cerrar la última hoja no estaría de más que vigile la oscuridad porque quién sabe lo que hay detrás de la cortina de la noche…
…haberlas haylas.