martes, 8 de enero de 2013

LA HISTORIA DEL FUTBOLÍN



La de horas que habremos echado en este juego. Seres inertes con camisetas del Real Madrid, Barcelona, o Atlético de Madrid nos han hecho pasar horas y horas dándole a unas manivelas con el único objetivo de meter en un hueco una pelotita de madera. Alli, entre gritos de victoria o de reproche al amigo que no ha sabido taponar el gol con el portero, se han conocido amistades y amores, se han olvidado las penas y se ha brindado por los amigos… y todo ello se lo debemos a un gallego, Alejandro Finisterre, que supo buscar la diversión en un mundo donde el único juego que había en ese momento era el de la supervivencia.

Aunque ya existían precedentes en el siglo XIX, fue Alejandro Finisterre (1919-2007) el que dio forma final al futbolín. Tal hecho se produjo durante la Guerra Civil Española en concreto en 1937. A finales del año anterior, durante un bombardeo rutinario de las tropas franquistas sobre Madrid, Alejandro fue herido de gravedad y transportado posteriormente a Valencia donde había más posibilidades de salvar su vida. Cuando recuperó la consciencia fue llevado a una colonia de reposo de Puig en donde fue internado junto con otros soldados heridos, ancianos y niños. Poco a poco fue ganando fuerzas y con una muleta podía andar de acá para allá conociendo a otras personas que allí estaban también internas. Pronto se dio cuenta de que allí las personas añoraban muchas cosas de la vida normal, de antes de la guerra… sobre todo el fútbol. Así que gracias a su ingenio dio forma a un nuevo juego, a nivel más reducido, con futbolistas hechos de madera de bog y una pelota de corcho aglomerado. Nacía así el primer futbolín.

Pero las circunstancias de la guerra hicieron que se exiliara. Se dice que cuando cruzaba los Pirineos, durante una tormenta, perdió una maleta con los planos del futbolín haciendo que años posteriores muchas personas dudaran de que fue el creador de uno de los juegos más populares del mundo. Viajó por Francia, Ecuador, Guatemala y México enseñando su invento y mejorándolo para las generaciones posteriores. Aunque ha habido otras personas que se han atribuido la creación del futbolín hoy en día es bien sabido que este invento tan entretenido fue obra de Alejandro Finisterre, el cual supo ganar a la barbarie a base de ingenio e inteligencia.