martes, 19 de noviembre de 2013

LO PRIMERO QUE SE HACÍA CON UN LEPROSO



Cuando en una ciudad o aldea de la Edad Media se detectaba que alguien tenía la lepra una de las primeras cosas que se hacían era una ceremonia llamada separatio leprosum. Con mucho cuidado el leproso era llevado a la iglesia en donde se confesaba y escucha misa por última vez tendido en una manta. Cuando se acababa la ceremonia el sacerdote pronunciaba las siguientes palabras: Ahora mueres para el mundo, pero renaces para Dios. Después los alguaciles cogían al leproso y lo llevaban a los límites urbanos, donde le recordaban que si volvía lo matarían.