jueves, 23 de enero de 2014

¡QUÉ RISA TÍA FELISA!



Zeuxis, artista griego de finales del siglo V a.C, siempre se jactaba de que era el mejor artista en plasmar la belleza femenina. Según cuenta la leyenda un día que se disponía a pintar una mujer obesa, le hizo tanta gracia su aspecto que no pudo contener las carcajadas. Siguió riéndose y sus ayudantes vieron que el color de su rostro pasaba de color rojo a morado, y a pesar de faltarle la respiración continuaba riéndose como un loco. Cuando quisieron auxiliarle ya era demasiado tarde y acabó muriendo. Cuando le llevaban a la tumba todavía tenía una sonrisa en la cara.